¿Qué ocurre en Bolivia a un mes de elecciones presidenciales?

Cuando falta apenas un mes para las elecciones generales de Bolivia y se plantea como segura la reelección del presidente Evo Morales, las fuerzas de derecha de ese país buscan obstaculizar el proceso democrático con acciones violentas y un llamado a un paro general el próximo 10 de octubre.

Este plan contrarrevolucionario pretende tensar las cuerdas políticas, demeritar el trabajo gubernamental del presidente y buscar la atención mundial ante su evidente fracaso interno.

En la mayoría de las ciudades bolivianas existe un clima de tranquilidad sobre el futuro del país y el perfeccionamiento del sistema político implantado por Morales y su Movimiento al Socialismo (MAS).

Mientras los partidos opositores tratan de presentar al país andino al borde de una inexistente hecatombe, en especial luego del incendio en la Amazonia, tras 13 años consecutivos de mandato el presidente goza de una evaluación positiva del 72% de la población.

No hay milagro alguno en la transformación vivida por esta nación suramericana que ocupaba el segundo lugar de pobreza en la región, solo superada por Haití.

Cuando el antiguo líder sindical ocupó el Palacio Quemado junto a su vice Álvaro García Linera comenzó una transformación radical impulsada por una Asamblea Nacional Constituyente y la nueva Carta Magna, que declaró a Bolivia un estado pluricultural, con una avanzada política nacionalista e integracionista.

La oposición de derecha no disfruta siquiera de unidad interna, sino que sus principales líderes, algunos desprestigiados, como Carlos Mesa, tienen que someterse a planes urdidos desde el exterior.

Pese a los ataques de grupos opositores, que tuvieron un punto extremo el pasado día 12 en la región oriental con ataques violentos contra el oficialista MAS, un reciente estudio de la encuestadora Viaciencia ofrece al Mandatario indígena una preferencia electoral de 42,3% de puntos porcentuales, es decir, creciente con relación al pasado mes, cuando mostraba un 39,1 por ciento.

La investigación de Viaciencia, realizada entre el 2 y el 11 de este mes y conocida el pasado lunes, demuestra que Mesa, su más cercano rival, del opositor movimiento Comunidad Ciudadana, apenas acumula 21,2%, menos que en agosto, con 22.0%,  seguido de Oscar Ortiz, de Bolivia dijo No, con 11,7%, y Félix Patzi, gobernador de La Paz y líder del Movimiento Tercer Sistema, con apenas 1,7% de preferencia, 1,4 menos que en el mes precedente.

Lea también: Elecciones primarias en Bolivia de cara a presidenciales

Esta cuantificación significa que el Mandatario posee 21,9% de ventaja hasta esa fecha frente a su contrincante de mayor peso. Para ganar en primera vuelta, el binomio oficialista debe obtener un 40% de las boletas, o una diferencia del 10% de ventaja sobre el segundo colocado.

La encuesta de Viaciencia responde a los intereses de medios televisivos privados Unitel, PAT, red Uno y Bolivisión, según reporta la agencia Prensa Latina desde La Paz.

OPOSICIÓN DERECHISTA LANZA UNA GUERRA PERDIDA

La oposición boliviana, dividida y dirigida desde el exterior, mantiene una actitud hostil ante lo que parece inevitable y ataca a Morales y su partido para impedir su presencia en los comicios, desprestigiar su imagen ante el electorado –no es la primera vez que lo hace, recuérdese el referendo de 2016- e incluso, en una descabellada acción, tratar de lograr la renuncia del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Jefes de los grupos cívicos del Sur -excepto en Tarija, Chuquisaca y Oruro- exhortaron a un paro indefinido a partir del próximo día 10 con la exigencia de que renuncien los vocales del órgano electoral plurinacional, dimisión que pondría en riesgo la celebración de los cercanos comicios, reportaron agencias internacionales de noticias.
Sus intereses son, mediante distintas formas de ataque, llevar la violencia y el temor a la población para que no acudan a las urnas.

Uno de sus primeras acciones de terrorismo ocurrió el pasado día 12 en el conservador estado de Santa Cruz –donde se acumulan las grandes riquezas personales del país- cuando decenas de activistas, en su mayoría jóvenes de familias pudientes, atacaron varias oficinas del MAS,  armados con objetos contundentes. También esos comandos de corte paramilitar se hicieron sentir en La Paz.

Mujeres embarazadas y niños que recibían asistencia sanitaria en una oficina del MAS en Santa Cruz fueron agredidas, además de que los vándalos robaron equipamiento médico y de computación.

En Tarija, organizaciones antigubernamentales intentaron impedir la llegada del presidente a ese departamento.

También los llamados cívicos de Santa Cruz y de otras localidades del Sur convocaron a un paro indefinido a partir del próximo día 10 como rechazo a la candidatura de Morales por, dicen, su postura ante los incendios que azotan la zona de la Chiquitania boliviana.

Mesa, quien fuera vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada, expulsado del país por su política neoliberal, acusa al gobierno del incendio en el bosque seco de Chiquitania, en coincidencia con los momentos en que ardía la Amazonia brasileña.

Sin embargo, los motivos son diferentes, ya que la Chiquitania se quemó a consecuencia del cambio climático, pero en Brasil el presidente Jair Bolsonaro permitió la deforestación de la Amazonia a empresas madereras, en una zona donde viven 100 tribus indígenas..

Morales tomó las providencias para apagar el fuego y personalmente trabajó con los bomberos en la zona del desastre, pero no consideró necesario solicitar ayuda internacional en un primer momento.

Ciego de odio, Mesa cuestionó la capacidad ejecutiva del jefe de gobierno, que en una de sus primeras medidas para evitar la expansión del fuego, dispuso de  más de 15 millones de dólares en el alquiler del avión Boeing Supertanker y otras 22 aeronaves, protegiendo también la frontera con Perú.

Bolivia aun mantiene en la zona afectada alrededor de 290 vehículos cisternas, ambulancias y más de cinco mil efectivos del Ejército, la Policía y voluntarios, y ya recibió distintas formas de cooperación procedente de 15 países y de organismos internacionales..

Especialistas de distintos países demostraron que lo ocurrido en Brasil poco tiene que ver con el suceso de Chiquitania, que forma la zona de tránsito entre el Chaco y la Amazonía.  Lo cierto es que de 8 461 focos de calor (fuentes de potenciales incendios según el curso de los vientos y el contacto con la vegetación seca) registrados el 17 de agosto, el denominado Plan Tajibo y la cooperación mundial mantienen ahora esa cifra en tres dígitos.

Para el analista Hugo Moldiz, por otro lado, algunos sicarios o militantes de la extrema derecha, actuando sigilosamente,  son los responsables de reavivar el fuego en aquellos lugares donde se estaba extinguiendo o bajando de intensidad, o iniciando nuevos focos.

En un artículo publicado en Rebelión, Moldiz asegura que la derecha tiene un ejército en función de la naturaleza del combate contra Morales y el MAS..

¨Para su “cara verde” tiene “activistas medioambientalistas” como, por ejemplo, Jhanisse Vaca Daza, una joven cruceña que cursó estudios en Estados Unidos, recibió capacitación en instituciones de ese país donde estuvieron otros jóvenes que tienen una activa participación en la desestabilización de los gobiernos de Venezuela y Nicaragua. La “activista”, que tuvo asesoramiento directo de cuatro personas enviadas por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) durante dos semanas a Bolivia, emplea el hashtag #SOSBolivia para generar comentarios de los opositores bolivianos (…).

Lo perverso de este discurso –más por las redes sociales, pero también por los medios de comunicación- es que manipula la subjetividad de la gente para atribuirle al gobierno su directa responsabilidad en la quema de extensas zonas forestales de la Chiquitania con el solo objetivo de “entregar” esas tierras a campesinos cocaleros y comunidades interculturales (antes conocidas como colonos) que quieren, según ese relato, cambiar la vocación del uso del suelo. Poco ha servido que Morales decretara “pausa ecológica” en esa región, lo que implica la prohibición total de asentamientos humanos y/o emprendimiento de actividades agrícolas. La derecha sigue usando los incendios en esa región para descalificar al gobierno indígena¨.

En un esfuerzo ya desesperado por tratar de impedir la victoria del Presidente que con su línea de trabajo redujo la pobreza de un 45 a un 15%, el grupo audodenominado Comité Nacional de Defensa de la Democracia exhortó a los partidos a retirar sus candidaturas y llamó al voto nulo.

De acuerdo con el comportamiento de las tendencias, ningún plan opositor dará resultado y Evo y el MAS continuarán al frente de Bolivia.

En ese sentido, una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (también conocido como CELAG), indica que más del 50% de la población ayuda la continuidad de las políticas sociales actuales y considera que se debería avanzar en la nacionalización de otros sectores estratégicos.

Celag es una institución dedicada al análisis de los fenómenos políticos,económicos y sociales de los países de América Latina y el Caribe.