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sábado, 16 de noviembre de 2024

¿Quién aguanta a los chilenos?

Calles de Santiago siguen repletas, en medio de paro nacional...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 23/10/2019
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Chile despertó
Las calles santiaguinas y de otras importantes ciudades como Valparaíso continúan repletas de personas de todas las edades.

La rebeldía del pueblo chileno ante décadas de política neoliberal parece que continuará hasta que el derechista presidente Sebastián Piñera convoque una Asamblea Constituyente que reestructure el imperante sistema socio-político y económico, lo que, opinan analistas, resultará muy difícil dada su dependencia de los grandes capitales locales y foráneos.

En declaraciones al diario argentino Página 12, Vilma Álvarez, dirigente del sindicato de Jumbo, afirmó en medio de los gases lacrimógenos lanzados por miembros de Gendarmería que “La demanda es que Piñera renuncie y que se organice una Asamblea Constituyente”.

La dirigente indicó que las medidas anunciadas anoche por el presidente –cuya fortuna personal conocida es 2 800 millones de dólares- con un llamado a un ¨diálogo nacional¨ es otra forma de seguir complaciendo a los capitales locales y foráneos que, aseguró Álvarez, ¨no dará alivio a la población¨.

La posibilidad de una Asamblea Constituyente ahora mismo parece imposible, pues el dignatario se mantiene en el Palacio de la Moneda con el apoyo de los grandes intereses capitalistas presentes en Chile, y el apoyo de su aliado Estados Unidos (EE.UU.)

Demostró la historia con pruebas concretas que el golpe de estado contra el presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 fue dirigido desde la embajada norteamericana en Santiago, tras la cual, opinan especialistas, se encuentra ahora la fuerte represión militar contra quienes se oponen en las calles, con los brazos en alto para demostrar que están desarmados.

Aunque el mandatario derogó la medida de aumento del pasaje del metro a 1.20 de dólar, el detonante del estallido social sin precedentes en ese país, en su última intervención público el mandatario pidió perdón a los chilenos, dijo que ningún partido de oposición había aceptado su invitación a conversar, y presentó  un conjunto de propuestas que, de acuerdo con ciudadanos entrevistados por la prensa internacional, son repudiadas por una mayoría que solo encuentran una solución en la reestructuración del Estado.

Este miércoles- primer día de un paro de 48 horas convocada por los sindicatos, organizaciones estudiantiles y femeninas organizadas - las calles santiaguinas y de otras importantes ciudades como Valparaíso continúan repletas de personas de todas las edades, pero con mayoría de los valientes jóvenes que lideran estas demostraciones.

La mayoría de la juventud universitaria está endeudada por décadas, pues los gobiernos neoliberales privatizaron la educación y la salud, entre otros sectores públicos.

La sublevación no se detiene, y según la multinacional Telesur,  a cada momento llegan ciudadanos que repletan durante seis días seguidos la plaza Italia, haciendo frente a miles de carabineros y fuerzas del ejército en zafarrancho de combate, que han matado 15 personas, siete de ellas identificadas, hirieron a mas de mil y detuvieron a 500. Los uniformados son movidos de día para tratar de doblegar a la población y desalojar la plaza, mientras en las noche están amparados por el toque de queda nocturno decretado por el Gobierno como parte del Estado de Emergencia Nacional.

Reunidas en las últimas horas la Coordinadora Feminista 8M y sus 60 organizaciones denunciaron que Piñera –que poco antes de que comenzaran las protestas pacíficas se jactó en público de que Chile era un ¨oasis¨- solo trabaja ¨para la gente de dinero y son un subsidio para las Administradoras de Fondos de Pensión (privadas) y son parches que no resuelvan la situación del pueblo pobre.  

¡Fuera Piñera!. ¡Asesinos!, ¡Asamblea constituyente sí¨ son algunas de las leyendas que enarbola la multitud, enardecida luego que se divulgara un audio en el que la primera dama chilena, Cecilia Morel conversa con una amiga –verificado por el diario La Tercera y en circulación libre- en la que reconoce que es preciso ¨mantener la cabeza fría (…) ¨porque lo que viene es muy, muy grave¨.

Morel, en el diálogo grabado y confirmado por La Moneda, aconsejó a su interlocutora que ¨se abasteciera, pues estamos absolutamente sobrepasados, es como una invasión alienígena, y no tenemos las herramientas para combatirlos¨.

Pero lo que mas indignación causó a los chilenos es la frase de la esposa del presidente ¨Vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás¨ y exhortó a su amiga a ¨llamar a la gente de buena voluntad¨ para que racionaran la comida, una burla para una mayoría del pueblo que gracias a las medidas de su marido y de quienes lo antecedieron, carecen de dinero para adquirir la canasta familiar.

Esta mañana de miércoles algunos supermercados abrieron sus puertas, a pesar del paro nacional, en respuesta al supuesto desabastecimiento anunciado por la primera dama, tendiente a crear caos en la clase media alta santiaguina –que en días pasados se unió a los cacerolazos nocturnos del pueblo para seguir el combate- que ha formado patrullas armadas con bates de beisbol para defender los comercios.

Es decir, que la esposa de Piñera ha incitado a los de su clase burguesa a proteger sus intereses para crear una división, que en algún momento parecía de solidaridad colectiva- con los que defienden un cambio de gobierno y ponen la piel en las calles.

Mientras, los movilizados, la mayoría a pie o en bicicletas pues no hay transporte público desde hace días, incendian papeles y bolsas de basura, cuyo humo alivia el efecto de los gases lacrimógenos.

Para los chilenos, el continuo pase por sobre la ciudad del helicóptero marca Puma trae aciagos recuerdos. Desde aparatos similares la fuerza aérea de la dictadura de Augusto Pinochet lanzaba al mar a los militantes izquierdistas o detenidos al azar, por lo que el ruido que mantienen sobre las calles retrotra en a los de mayor edad a una época que parecía terminada en Chile.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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