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lunes, 18 de noviembre de 2024

Rondando hacia el abismo

Escalofriante percepción de la ONU sobre el medio ambiente global...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 13/05/2019
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Informe Ambiental ONU
La lucha contra la pérdida de la biodiversidad es un desafío global.

Vale la pena recordar una y otra vez un hito medioambiental que en su momento debió ser, más que ocasional dato curioso, una sonada alarma de haber contado con una monolítica y decente voluntad política internacional.

Se trata de que, desde la séptima década del pasado siglo, la Tierra “nuestra única y deteriorada casa común” perdió la posibilidad de regeneración de su  entorno natural ante la avalancha contaminante que determinadas sociedades ya habían entronizado a escala planetaria.

En pocas palabras, hace unos cuarenta y nueve años que el hábitat común del género humano y de las restantes especies vivas nada puede hacer  frente a los volúmenes de aguas tóxicas, polución atmosférica, destrucción total de bosques y otras barbaridades que nos van llevando a irnos convirtiendo en un desierto, cuna de calamidades de Norte a Sur y de Este a Oeste.

No obstante, gente como el señor presidente de los norteamericanos, míster Donald Tump, insisten en que todo es puro cuento, que ganar millones a toda costa nada implica contra la naturaleza, y que su gobierno no hará el más mínimo guiño para transformar el cuadro climático que enfrenta hoy la humanidad.

Es más, y es muy lícito recordarlo, el actual gobierno gringo decidió retirar a los Estados Unidos del acuerdo Mundial sobre cambio climático, con lo cual la primera potencia capitalista tiene manos libres para arremeter contra el medio ambiente sin la menor atadura legal.

De manera que la realidad global es virtualmente terrorífica y sumamente riesgosa.

Así, en un trágico informe ambiental presentado en París  hace unos días por la Plataforma Intergubernamental de la ONU sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos, se dice que “gran parte de la naturaleza ha sido destruida por el ser humano y el resto que aún sobrevive está en franco declive”.

El folder de mil ochocientas páginas precisa que hoy en día el setenta y cinco por ciento del medio ambiente terrestre y el cuarenta por ciento del entorno marino presentan severos signos de degradación.

El citado informe de la ONU añade que la mitad de los cursos de agua del planeta presentan signos importantes de quebranto; que más de cuarenta por ciento de las tierras son ahora agrícolas y urbanas; y que solo el trece por ciento de los océanos y el veintitrés por ciento de otros espacios están clasificados como “vírgenes” y se ubican en lugares muy aislados o improductivos.

El deterioro de los suelos, confirma Naciones Unidas, redujo la productividad agrícola en más de dos quintas partes de la superficie terrestre, afectando a unos tres mil millones de personas. Además, una cifra superior al ochenta por ciento de las aguas contaminadas del planeta son vertidas en el medio ambiente sin tratamiento alguno, mientras casi la mitad de la población mundial carece de  agua limpia.

Dijo también el máximo organismo internacional que hoy la contaminación del aire es la principal causa de muerte de los organismos vivos a nivel planetario, incluido, por supuesto, el hombre.

En ese sentido precisó que 92 por ciento de la población mundial vive en lugares altamente infectados por la polución atmosférica, que se erige como uno de los asuntos más graves en lo que a perjuicios ambientales se refiere.

De más está recordar que la agresión al entorno está modificando de forma irreversible el clima, las temperaturas y los niveles de los mares, a una velocidad tal que no hay proceso de adaptación que pueda completarse debidamente ni proyectos remediales que puedan concretarse en el tiempo debido.

De manera que, en cierta forma, marchamos todos a una suerte de abismo donde, junto a los inocentes, irán a parar también los que atiborran al planeta de tóxicos y aducen que reprimendas, temores y exigencias no tienen sentido ni asidero real, porque, a tono con una vieja clasificación expoliadora, provienen de los “perdedores” y de su ojeriza con relación a “los que han sabido triunfar.”


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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