Todo está dicho

Mientras un personaje del rango de Charles Richard, jefe del Comando Estratégico estadounidense, “advierte” públicamente que por primera vez la potecia capitalista “avanza hacia una confrontación con dos adversarios (Rusia y China) con crecientes capacidades nucleares”, desde Moscú el propio presidente Vladímir Putin acaba de poner sobre la mesa las “reglas del juego” del Kremlin.

Para Richard, intenta Beijing extender su control sobre todo el sudeste asiático y el Océano Indico, mientras el Kremlin aspira a doblegar el occidente de Europa y hacerse fuerte en Asia Central y Oriente Medeio, sumplantando ambos, ha dicho textualmente, “a la nación norteamericana como el socio de seguridad preferido” en esas regiones…enemigos a muerte, en palabras menos “sutiles”.

Y como a partir de ese criterio están actuando de manera vorazmente hostil y de forma acelerada Washington y muchos de sus aliados, las advertencias en tiempo y forma se hacen indispensables.

Rusia acaba de terminar grandes maniobras militares en su frontera oeste y en Crimea, lo que, según el ministerio de defensa, ha demostrado que no habrá aventura bélica extranjera con posibilidades de éxito.

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Por demás, Moscú anunció el reforzamiento de sus fuerzas nucleares estratégicas con el nuevo misil intercontinental RS-28 Sartmat y el despligue de los cohetes hipersónicos Tsirkón en sus unidades navales, como renovadas y sólidas garantías de su defensa y de una destructiva capacidad de respuesta.

Personalmente Vladímir Putin, en reciente encuentro con los poderes legislativos rusos, enfatizó en la suerte de “deporte” que los enemigos de Rusia han querido instituir con sus continuas y acrecentadas demonización y agresividad contra el gigante euro-asiático, y advirtió que nadie debe confundir con “debilidad”, la “paciencia, responsabilidad, profesionalismo y confianza” demostrada por Moscú hasta hoy.

Les aclaró además a los agresores que hay líneas rojas que no pueden sobrepasarse impunemente en el caso de Rusia, y aseguró que quien no quiera puentes con Moscú o los destruya, tendrá una respuesta inmediata, asimétrica y contundente a sus pretensiones.

En pocas palabras, no habrá vacilaciones para actuar en el caso de una nación heredera del poderío nuclear de la Unión Soviética, con una férrea voluntad de lucha, y con la convicción, compartida por muchos en el planeta, de que no es mediante vacilaciones, temores y renuncias que puede construirse el mundo multipolar que inevitablemente se nos está viniendo encima, y que los hegemonistas y sus aliados intentan frenar a toda costa.

Por lo pronto en las fronteras rusas nada está en aún calma, y tanto Washington como sus restantes comparsas otanistas, tan lerdos como para asumir el riesgo de perder sus propias cabezas para no enfurecer al  socio mayor, preparan para  las próximas semanas sus mayores ejercicios bélicos de los últimos tiempos, los denominados Defender Europe 2021,  en un escenario explosivo signado por las tensiones urdidas e incentivadas por Occidente en torno a Ucrania, Crimea y el Mar Negro.

Una expresión de que, en lo que se refiere a desconocer las realidades globales  y persistir en prácticas hostiles, explosivas y sumamente injerencistas y agresivas, no suelen valer todavía los cambios de cara, equipos y partidos políticos en la Oficina Oval…y no es solo un criterio personal...