Ejecutado el despido de su ex asesor de Seguridad Nacional, el retrógrado e irascible John Bolton, el presidente norteamericano, Donald Trump, optó por nombrar al abogado californiano Robert O’Brien para ocupar tan importante vacante.
O’Brien se convierte así en el cuarto consejero en esa materia en servir a Trump, tras la partida de los generales del Ejército, Michael Flynn y H.R. McMaster, y hace apenas unas horas del propio Bolton.
Según analistas y medios de prensa, las contradicciones entre el mandatario y el sórdido John, junto al rechazo a este último entre otros altos cargos oficiales, determinaron su caída.
Eso sin contar que resulta evidente que un personaje tan egocéntrico como Trump se inclina decididamente por dar preferencia entre sus colaboradores a personajes que no le contradigan “ni para mal ni para bien”, algo a lo que el defenestrado funcionario de bigote blanco y mirada torva no supo adaptarse.
Según varias fuentes, el nuevo asesor ha cumplido diferentes tareas oficiales junto a su desempeño particular como jurista, entre ellas en espacios como la ONU y Afganistán, y procede de notorios medios de derecha.
Hasta antes de su actual nombramiento, O’Brien fungía como Enviado Especial Presidencial para Asuntos de Rehenes en el Departamento de Estado, con una labor que Trump se dedicó a encomiar especialmente a la hora de presentarlo como su nuevo colaborador.
“Robert y yo hemos trabajado muy bien juntos”, escribió el jefe de la Oficina Oval en uno de sus tantos mensajes digitales, como forma de mostrar su contento y el “aprecio” por la “adquisición” hecha por su gobierno. Vale indicar que, según analistas, O Brien se mueve muy cerca de Mike Pompeo, actual Secretario de Estado.
Por su parte, y en un artículo titulado “El mormón complaciente que orientará a Trump en exteriores”, el rotativo peruano El Comercio recordaba textualmente que “En 2016, O'Brien publicó el libro de ensayos "Mientras Estados Unidos dormía", en el que denunciaba la política exterior del ex presidente Barack Obama, al que acusó de apaciguar a los enemigos de Estados Unidos.”
“Férreo admirador de Ronald Reagan y su doctrina de paz a través de la fuerza –explica El Comercio- O'Brien defendió en su libro la necesidad de que las fuerzas armadas estadounidenses marquen músculo para amedrentar a sus rivales, y comparó el acuerdo nuclear con Irán con el pacto de Munich (entre Francia, Inglaterra y la Alemania nazi) que en 1938 envalentonó al dictador Adolf Hitler.”
“Por tanto -precisó el rotativo limeño-no se espera que O'Brien choque con la línea dura de Pompeo en lo relativo a Irán, y sus ensayos de 2016 también apuntan a que será contundente con China en lo relativo a sus ambiciones territoriales en el Pacífico.”
Más adelante el artículo apunta que “Hay pocas pistas sobre las ideas de O'Brien respecto a Latinoamérica, pero pocos analistas esperan que Trump cambie demasiado su política hacia Venezuela y Cuba ahora que empezará a buscar el voto de Florida en las elecciones de 2020.”
Por otra parte, es sintomático observar que en su primera aparición pública junto a Donald Trump, el recién estrenado asesor de Seguridad Nacional se mostró particularmente halagador con respecto a la figura del mandatario. Observadores resaltaron los elogios repetidos del nuevo funcionario a la “sapiencia, lucidez, rectitud y luces largas” que dice percibir en la figura del multimillonario devenido presidente de la primera potencia capitalista.
Por demás, dejó entrever que su papel será, tal vez más que aconsejar, el de suscribir y cumplir al píe de la letra las indicaciones y pareceres del inquilino de la Oficina Oval, lo que sin dudas se aviene con la estructura de gobierno que Trump siempre ha deseado
Esperemos entonces para ver cúal será la suerte de míster Robert en su nuevo escenario…
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