Oñate: decepcionado, pero decidido

Decepción no significa incumplir con el entrenamiento. O al menos, eso fue lo que pude “traducir” de las declaraciones brindadas a Cubahora por el tricampeón nacional de boxeo Iván Oñate (60 kgs), quien junto a otros dos púgiles cubanos, se encuentra en San Petersburgo, Rusia, sede de los II Juegos Mundiales de Combate.

Para el debut de Cuba en estas citas, Oñate está acompañado por el bronce mundial José Ángel Larduet (+91 kg) y el pluma Marcos Forestal.

—¿Estás inconforme a pesar de ser tomado en cuenta para integrar este trío?

—Desde que gané el último torneo nacional Playa Girón, en diciembre del 2012, y a sabiendas de que el subcampeón mundial Yasnier Toledo había subido a los 64 kilogramos, yo estaba enfocado en convertirme en el primer hombre de los 60 kilogramos. Y los entrenadores confiaron en mí.  Tan es así que representé a Cuba en el match de ensayo contra los Guerreros de México, de cara al duelo oficial de noviembre próximo, y luego intervine en el internacional Cinturón de Oro, en Budapest, Hungría. Al regreso, seguí mi exigente plan de entrenamiento, con la meta puesta en lograr mi máximo objetivo para este año: ser escogido por el colectivo técnico para asistir al Campeonato Mundial, que ya empezó en Kazajstán y del cual me excluyeron.

—¿Qué te informaron los entrenadores?

—Realmente, nada. Esto me tomó por sorpresa. En los 56 kilogramos, coincidían el titular olímpico Robeysi Ramírez y el monarca del orbe Lázaro Álvarez. Ellos son muy buenos boxeadores, pero el mismo tiempo que yo llevo en los 60, ellos dos lo llevaban compitiendo en 56. Pero los técnicos, en vez de buscar una pugna definitoria entre ambos, decidieron subir a Lázaro a los 60 y escogerlo para que fuera al Mundial, donde competirá por primera vez en su vida en ese peso. Entonces yo me pregunto: ¿de qué me valió tanta entrega diaria a los entrenamientos, si de golpe y porrazo, sin apenas conversar conmigo, me eliminan de esa manera?

“Me siento totalmente decepcionado. Creo que ellos (los entrenadores) trabajaron por detrás de mí. No obstante, he seguido preparándome fuerte para llevarme la medalla de oro en estos Juegos Mundiales de Combate, una justa en la cual no se van a presentar los mejores boxeadores, ya que esos están en el Mundial de Kazajstán”.

—¿En qué forma llegan tú y el colectivo a este certamen en Rusia?

—Me ha ido muy bien el hecho de integrar el equipo nacional en los 60 kilogramos después de los Juegos Olímpicos de Londres. Este año combatí primero a cinco rounds y sin cabecera, en el match contra el equipo mexicano. Luego retorné a los tres asaltos en el Cinturón de Oro rumano. Me siento en perfectas condiciones, pero quería demostrarlo en el Mundial de Kazajstán. No obstante, los tres boxeadores queremos quedar bien en este debut. Y nuestra meta no es otra que obtener la medalla de oro.

—¿Cuál es tu arma favorita sobre el ring?

—Trabajar en la media distancia y realizar combinaciones de golpes con el jab de izquierda arriba y rectos de derecha abajo. Entonces cierro esa andanada con un golpe cruzado.

—¿Y qué crees de la eliminación del protector de cabeza?

—Desde niño siempre boxeé con cabecera. Nunca me molestó ese aditamento. A mí me hubiera gustado que siguiera usándose, porque me protegía más el rostro.

—¿Qué opinión tienes de la remuneración monetaria que se les tributará a los deportistas?

—Esa fue una brillante idea de nuestros dirigentes. Era algo que estábamos esperando hace tiempo. Yo tengo ya 27 años. ¿Te imaginas toda una vida dedicada a este deporte, en el cual das pero también recibes golpes? Ese pago será un gran estímulo para todos.