Yoanka González regresa al velódromo

Yoanka González es, aunque ella no lo considere así, uno de los íconos del ciclismo cubano. Para muchos, la pedalista de las primeras ocasiones: primera medallista mundial (2003), primera campeona panamericana de su deporte (2003), primera titular del orbe (2004) y primera en subir al podio olímpico (2008).
Tras casi dos años de descanso por su período de maternidad, la villaclareña regresó al velódromo Reinaldo Paseiro desde los primeros días de septiembre. Con la misma sonrisa, amabilidad y sencillez de siempre, accedió a contar sus objetivos para esta etapa, luego de tener en su vitrina personal medallas en todos los certámenes: copas del mundo, Juegos Panamericanos y Olímpicos.

-¿Por qué retornó Yoanka, no hubiera sido mejor quedarse con toda esa gloria alcanzada y acogerse al retiro?

-Regresé porque extrañaba mucho esto y quiero probarme porque no estoy acabada, tengo aún fuerzas. Eso sí, no quiero estar para pasar el tiempo o por empecinamiento, sino para seguir teniendo resultados. Si veo que no puede ser así, me retiro. El ciclismo es mi juguete preferido, ese que desde niño uno guarda, admira y no se olvida nunca.

-¿Cómo fue la reacción familiar y de tus compañeras cuando tomaste la decisión de volver?

-Ahora no es igual que en otros momentos, pues soy madre de una preciosa niña,  Yainéh Guach González, que ya tiene un año y dos meses. Es una niña traviesa, pero muy cariñosa. Mi familia siempre ha respetado las decisiones y gracias a ese apoyo he salido adelante, incluso en momentos duros, como cuando dejé la beca del Centro Mundial de Ciclismo. Y en cuanto a la familia del ciclismo, porque puedo decirlo así, también piensan que puedo aportar todavía alguna medalla y mucha experiencia a las jóvenes, en especial mi entrenador Leonel Álvarez”.

-¿Alguna motivación especial para este retorno, digamos Juegos Panamericanos o Juegos Olímpicos?

-He comenzado a entrenar con muchos deseos, pero las metas son primero conmigo misma, no he pensado en competencias específicas. Quiero ver si puedo estar en los niveles competitivos de siempre. Nunca me ha gustado ser cuarta, porque quiero que la gente me recuerde como ganadora. Es decir, no voy a hacer papelazos.

“La real aspiración en estos momentos es correr en la persecución por equipo, en la que quizás tenemos más posibilidades, pues el escenario es diferente y muy fuerte en las pruebas individuales. Quitaron la carrera por puntos de los Juegos Olímpicos y pusieron el omnium, que son seis eventos en uno y lleva mucho sacrificio. En lo personal me gusta, pero no tengo edad ya para correrlo”.

-¿Qué valoración puedes hacer del presente y futuro del ciclismo cubano, específicamente en la rama femenina?

-Siempre hemos sido las abanderadas de resultados mundiales y considero que hay gente joven con perspectivas y que ya tienen resultados  importantes. Por ejemplo, Marlies Mejias y Arlenis Sierra. También no puedo olvidar que ahí están Lisandra Guerra, Yudelmis Domínguez, Yeima Torres, ya se reincorporó Yumari González, por solo mencionarte las más conocidas. Solo hace falta entrenar y guapear.

 -¿Cómo permanece en ti el momento cumbre de tu carrera deportiva: la plata olímpica de Beijing 2008?

-Eso es inolvidable. Lo veía como mi última oportunidad de ganar una medalla olímpica y Cuba entera esperaba ese resultado, al menos lo sentí así.  Estaba comprometida conmigo, pero sobre todo con la gente que me apoyaba en ese momento personal difícil que me tocó vivir. No olvidaré que el día de la carrera había juego de béisbol y el compañero José Ramón Fernández, en lugar de ir a ese partido estuvo en las gradas del velódromo. Su apoyo, el de Raúl y Fidel no lo olvidaré jamás.

De momento las lágrimas parecieron salir y con mucha delicadeza pidió terminar la entrevista para no ponerse nostálgica. Y cerramos la agenda.