Para ofrecer un servicio de excelencia…

¿Qué es un servicio de calidad y cómo brindarlo?

¿Cómo atender a un cliente, ofrecerle lo mejor y lograr que se vaya complacido?

¿En qué momento insistir, tener un detalle, llenar las copas de agua? ¿Cómo decorar los platos, preparar tragos, endulzar el trato?

Todo esto y mucho más puede aprenderse cuando se estudia la ciencia de los servicios, es decir, la gastronomía. Y no solo con el estudio durante los cuatro años del Técnico Medio, sino y sobre todo con la aptitud, con la chispa encendida desde mucho antes de la escuela. Hay que servir con calidad y para lograrlo, hay que sentirse a gusto haciéndolo, sin pensar en el dinero ni las ganancias a cambio.

Dicho así parece una sentencia de Perogrullo que la Licenciada en Educación Mercedes Cabrera Betancourt quiere compartir con sus alumnos. Sin embargo, cuando vamos a un restaurante o a una cafetería, del sector estatal o por cuenta propia, muchas veces el servicio que recibimos no es el mejor, aún cuando debamos dejar el 10 por ciento del consumo como propina y a pesar del lujo del lugar y hasta los uniformes del personal.

La gente confunde la calidad del servicio con el lujo de las mesas, de las paredes, del ambiente, comenta. Ahora que emergen las iniciativas por cuenta propia en relación con los servicios e incluso en un lugar en el que la comida esté deliciosa podemos encontrarnos con un mal servicio, ya sea porque falta el conocimiento o las ganas para ofrecerlo.

Y los casi 60 muchachos y muchachas que inundan la terraza de su casa asienten con la cabeza y comienzan a relatar sus experiencias en distintos lugares en los que quisieron gastar algún dinero por un motivo especial y salieron inconformes.

La gastronomía es una ciencia que lleva dosis de arte y así es como van a aprenderla, les dice Mercy, la profe, quien lleva tres años al frente de esta escuela, su trabajo por cuenta propia. En los minutos siguientes les enseñó, en su primera clase, cuáles son los 12 pasos para montar una mesa, el voleo del mantel y los dos tipos de monta que existen a nivel internacional.

“Técnicas de salón y de vino, elementos de caja y de cocina, coctelería internacional y otros contenidos son impartidos en mi Academia, en los cursos de Servicios Gastronómicos de cada mes. No solo enseño a servir, a brindar un servicio de calidad, sino también guío, oriento, y les educo en buenos modales porque no todos los que aquí llegan tienen una formación adecuada en torno a la mesa, el manejo de los cubiertos, las maneras de comportarse.

"El curso prepara a los alumnos también para ejercer 12 actividades por cuenta propia de las reconocidas dentro de las Formas de Gestión No Estatal legalizadas, como la elaboración de alimentos y bebidas no alcohólicas y alcohólicas, labores de promoción, organización de fiestas y eventos de protocolo, entre otros”.

De la Academia ABM Ciencia con Arte,  dirigida por esta pedagoga de formación y especialista en Gastronomía con más de 20 años de experiencia, sus alumnos egresan con un título amparado por el nuevo Modelo Económico Cubano y reconocido, con respaldo legal, por la Oficina Cubana de Propiedad Industrial.

“Lo que sé lo comparto y mi hijo, graduado de la especialidad de Coctelería, también imparte clases. Nos gusta incentivar en los que llegan, la mayoría jóvenes, el deseo de trabajar bien, de saber lo que es un buen servicio y brindarlo, de ofrecerles un camino en el que pueden realizarse desde el punto de vista profesional y personal.

”Los niños y los ancianos también tienen su espacio en mi casa. Si son mayores de cinco años, integran los cursos de Descubriendo Talentos y aprenden también a hacer dulces, batidos, jugos y sobre todo, a usar los cubiertos en la mesa y la servilleta, entre otras cuestiones de buenos modales. En las semanas de receso docente y durante los meses de vacaciones, el jolgorio aquí es inmenso. Los de la tercera edad se unen en el Taller El Amor en Mí, para tener también su momento de socialización y reconocimiento”.

Sin dudas, en esa casa del municipio capitalino de Playa se respira motivaciones y esperanzas. Habilidades y conocimientos se entrelazan y todo el que llega ahí está deseoso de aprender lo que en el futuro y hasta en el presente inmediato puede proporcionarle otra opción de trabajo. Así me lo confirmaron Ruliet, Annette, Damián, Juan y la pequeña Maritza, quienes encontraron aquí un camino.

“Cuando se ampliaron las licencias para el trabajo por cuenta propia podía haber elegido cualquiera de las opciones. Pero elegí esta, en la opción de Profesora de Música y otras artes. Es que la Gastronomía es un arte también y por eso fundé mi propia Academia en la que transmito lo que he aprendido durante todos estos años de trabajo en Formatur, en las escuelas de gastronomía de los hoteles, en las FAR, en la FMC… Enseñar me agrada y servir me hace bien”, añade Mercy, a quien esta reportera dejó en compañía de sus alumnos luego de degustar un trago Liz Tropical, elaborado por uno de ellos.