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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Cuba siempre estará presente para las causas justas

Entrevista radial concedida por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, al periodista argentino Atilio Borón, el 23 de abril de 2022, “Año 64 de la Revolución”...

Atilio Borón en La Jiribilla de Papel 25/04/2022
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Miguel Díaz Canel-Entrevista-Atilio Borón
Nosotros somos los agradecidos de que ustedes nos den esta oportunidad de comunicarnos contigo, con el pueblo argentino, con los amigos que tenemos allá y con ese pueblo hermano, expresó Díaz-Canel, presidente de la República de Cuba.

Atilio Borón.-  Para nosotros es un honor en Radio Madres de la Plaza de Mayo, en Radio Universidad Nacional de Avellaneda dar la bienvenida nada menos que al Presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Presidente, muchas gracias por esta entrevista, una enorme satisfacción contar con su presencia en nuestras radios.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Gracias a ustedes, Atilio.  Nosotros somos los agradecidos de que ustedes nos den esta oportunidad de comunicarnos contigo, con el pueblo argentino, con los amigos que tenemos allá y con ese pueblo hermano.

Atilio Borón.-  Bueno. ¡Muy bien, muy bien!

Presidente, una primera pregunta inevitable, porque nosotros estamos siguiendo muy de cerca qué es lo que pasa con el bloqueo, y hemos visto que con el cambio de Presidente en los Estados Unidos acá había alguna gente que suponía que con Biden y los demócratas ahora iba a haber una revisión, que Biden había sido el vice de Obama y esto y lo otro; pero nada de eso ha ocurrido.  ¿Por qué no nos plantea un poquito cuál es el panorama que enfrenta Cuba, que sigue bajo ese bloqueo de seis décadas ya?

Miguel M. Díaz-Canel.-  De acuerdo, Atilio.

Para hablar y comprender el tema del bloqueo en los momentos actuales hay que ubicarse también en el contexto complejo que hay a nivel internacional y en el papel que está desempeñando el Gobierno de los Estados Unidos en ese afán hegemónico que tiene.

Primero, hoy hay un escenario de disputa simbólica, de poder, de guerra cultural y comunicacional que el propio Gobierno de los Estados Unidos ha venido pregonando desde hace años y que hoy deja inertes, indefensas, en desventaja a varias sociedades en el mundo.

Hay un grupo de factores, de crisis multidimensional que se ha acelerado por la pandemia y esto ha llevado a la enajenación social y a la despolitización de determinadas sociedades, y donde están presente, incluso, situaciones a favor de una derecha ultraconservadora, donde también hay matices ya de neofascismo.

Entonces, el bloqueo a Cuba hoy hay que verlo como un bloqueo con apellido, y ese apellido es: recrudecido.  No es el bloqueo que nosotros veníamos enfrentando y resistiendo en todos estos años; es un bloqueo que se ha recrudecido y que ha tenido un impacto severo sobre la economía y la vida de la población.  Se ha recrudecido, en primer lugar, por las 243 medidas que aplicó la administración Trump y que ha mantenido de manera inalterable la administración Biden, independientemente de que las aprobó una administración republicana y que ahora continuó una administración demócrata, lo que demuestra la hipocresía, el doble rasero que hay en toda la política imperial, en esa falsedad de democracia que tanto pulula en los Estados Unidos, en sus comentarios y en sus exhortaciones.

Dentro de esas medidas hay cosas que son muy severas para Cuba: en primer lugar, la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, y, por otra parte, la aprobación del Título 3 de la Ley Helms-Burton que, como tú sabes, internacionaliza el bloqueo.

Por lo tanto, estas medidas nos han privado de combustibles, también de las remesas; han provocado un efecto muy dañino para el comercio exterior cubano, el acceso a financiamientos, el encarecimiento de las importaciones y la capacidad de atraer capital para el desarrollo.  Repercute, además, en la disponibilidad energética, en la disponibilidad de abastecimiento de alimentos, medicinas,  piezas de repuesto para el transporte, por lo tanto, también se afecta el transporte y el nivel adquisitivo de ingresos en nuestra población.  Esto genera tensiones extraordinarias, sobre todo, en medio del esfuerzo del país para enfrentar la pandemia.  O sea, esa política de máxima presión provoca a Cuba un daño con consecuencias sociales.

No podemos disponer de créditos a nivel de las instituciones financieras y bancarias a nivel internacional, se nos dificultan todas las operaciones financieras, es muy difícil exportar, es muy difícil importar. En esa historia de bloqueo recrudecido hay muchas historias de vida, hay muchos rostros en Cuba que tienen en su expresión esa afectación provocada por ese criminal bloqueo.

Atilio Borón.-  Permítame una aclaración, Presidente, para el público que está escuchándonos, que le digo, además, que nos están escuchando en varias partes de América Latina, ¿no es cierto? ¿Hubo algún hecho desencadenante para que de repente Cuba vuelva a ser caracterizada como patrocinadora del terrorismo?, porque durante mucho tiempo no lo fue.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Por supuesto.  Ya en épocas anteriores nos incluyeron en una lista de países terroristas, y en el propio Gobierno de Obama, cuando se comienzan a restablecer las relaciones con Cuba, se nos saca de esa lista.

Atilio Borón.-  Así es.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Trump, de manera unilateral... Esta es una lista espuria que Estados Unidos le impone al mundo de manera hegemónica, es una cosa sumamente absurda.  El mundo conoce cuál ha sido la política solidaria de Cuba, el mundo conoce cuáles son los conceptos que tenemos en Cuba sobre los derechos humanos, cómo somos fieles a la Carta de las Naciones Unidas, cómo somos fieles al Derecho Internacional.  No hay una prueba por la que se pueda juzgar a Cuba como que patrocina el terrorismo; sin embargo, Cuba sí ha sido un país que ha sufrido el terrorismo, y precisamente ha sufrido el terrorismo que parte desde los propios Estados Unidos, y hay innumerables hechos en toda nuestra historia, Atilio.

Ese recrudecimiento del bloqueo se mezcla también, coincide, converge con una agresividad intensa del Gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba hoy, a partir de una guerra no convencional, de una guerra mediática intensa donde hay todo un esfuerzo por desacreditar cualquier conquista, cualquier hecho, manipular cualquier decisión que se toma en Cuba o cualquier suceso que ocurra en nuestro país, desde laboratorios de intoxicación.  Hay toda una red, que tenemos bien identificada, de laboratorios de intoxicación que tienen presupuesto de agencias y del propio Gobierno de los Estados Unidos para realizar la subversión ideológica hacia Cuba.

Todo esto se basa en campañas de mentiras, doble rasero, hipocresía, desinformación y atacando temas muy sensibles como el tema migratorio, atacando la democracia y los derechos humanos.  Una conducta, además, provocadora de la embajada de los Estados Unidos en Cuba que se aleja groseramente del papel que debe desempeñar una misión diplomática; a tal punto que cuando uno se monta en las redes digitales se da cuenta de que hay una Cuba virtual que no tiene que ver nada con la realidad que está viviendo nuestro país, con el sentido de resistencia, la vocación humanista y solidaria, la dignidad y el heroísmo del pueblo cubano.

Fidel siempre nos decía que un mundo mejor era posible y nosotros siempre hemos compartido y hemos defendido esa máxima de Fidel; pero te digo que en las circunstancias actuales, para que un mundo mejor sea posible también tenemos que lograr que el mundo virtual mejore, porque realmente un mundo virtual cargado de banalidad, cargado de vulgaridad y cargado de odio y de mentiras no puede reflejar entonces ese mundo que todos queremos mejorar.

A esto, Atilio, también se suma y converge con esta situación la COVID-19.

Atilio Borón.-  Claro.

Miguel M. Díaz-Canel.-  La COVID-19 ha llenado de incertidumbre al mundo entero, la COVID-19 ha demostrado las fracturas que tiene el modelo neoliberal, la COVID-19 ha demostrado cómo países del primer mundo con todos los recursos no tienen capacidad para llevar a cabo políticas públicas que realmente sean inclusivas, sean emancipadoras y permitan proteger la vida de la gente.

Diría que es muy contradictorio que un mundo que tendría que estar centrado hoy en que todos sus esfuerzos, en que todas sus voluntades estuvieran orientadas a salvar las vidas humanas sea un mundo que esté detenido atizando las guerras en diferentes lugares.

Con relación a la COVID-19, en los peores momentos Estados Unidos arreció el bloqueo y arreció también la campaña mediática contra Cuba, tratando de aplicar, como te decía anteriormente, los conceptos de la Guerra No Convencional y todo esto para provocar uno de los llamados golpes suaves en Cuba, que esos golpes no se dan con ninguna suavidad.

Atilio Borón.-  Claro.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Recuerdo cómo el Gobierno de los Estados Unidos nos negó oxígeno en los momentos en que tuvimos escasez de oxígeno por una rotura de nuestras plantas, y eso fue criminal.  Nos negó la entrada de ventiladores pulmonares y de insumos que necesitábamos para nuestro enfrentamiento a la COVID-19.

En Cuba, entonces, en esas circunstancias, lo primero que defendimos fue la vida de la gente y, en medio de todo ese rigor, los principales recursos que tenía el país los pusimos en función del enfrentamiento a la COVID-19.

En marzo del año 2020, cuando comprendimos que los mecanismos que el mundo había diseñado para las vacunas no nos iban a favorecer en ningún momento, no íbamos a disponer de divisas para comprar vacunas y no iba a haber posibilidades, por el bloqueo, de que nos donaran vacunas, yo les solicité a nuestros científicos, alrededor del 19 de mayo de ese año, que necesitábamos una vacuna cubana que nos diera soberanía.  Siete semanas después aparecía el primer bulbo de un candidato vacunal cubano, que ya todos conocemos la historia: Cuba ha desarrollado tres vacunas efectivas y dos candidatos vacunales, que están dando muy buenos resultados.

Entonces, por esas circunstancias, nosotros llegamos tarde a la vacunación masiva, porque tuvimos primero que investigar para crear nuestras vacunas, después tuvimos que realizar ensayos clínicos, estudios de emergencia en población vulnerable y en comunidades en situación vulnerable, y cuando validamos todos esos datos entonces fuimos a la vacunación masiva; pero cuando entramos a la vacunación masiva fuimos el país que logró en ese momento la mayor velocidad de vacunación.  Por lo tanto, en la segunda quincena de octubre de 2021, donde ya nosotros habíamos vacunado a más del 61 % de la población, comenzó a bajar de inmediato el pico pandémico de la cepa Delta que nos había durado casi un año, y por eso pudimos abrirnos al mundo nuevamente a finales de año, pudimos empezar a reanimar nuestra actividad económica y social.  

Entró Ómicron, pero Ómicron entró de una manera muy suave, o sea, el pico de Ómicron en Cuba duró prácticamente el mes de enero y ya en febrero se había atenuado, y ahora hemos mantenido una meseta entre 400 y 500 casos diarios, con muy pocos fallecimientos, alrededor de dos o tres fallecimientos por semana.

Todo esto tiene que ver con lo siguiente, Atilio, y lo digo en datos: Cuba es hoy uno de los tres países con más población vacunada con al menos una dosis, con más de un 99 %; Cuba está hoy entre los seis o siete países que tienen más población vacunada con esquema completo, que en el caso nuestro son tres dosis y alcanza a más del 89,6 % de la población; ya nosotros tenemos más del 60 % de la población vacunada con otra dosis de refuerzo;  Cuba fue el primer país en el mundo que vacunó poblaciones infanto-juveniles por encima de dos años de edad y ya hay investigaciones científicas que están dando posibilidades de empezar a vacunar a la población menor de dos años.  Todo eso nos ha creado, indudablemente, una inmunidad a nivel poblacional que ha permitido que los efectos de Ómicron sean muy suaves; además, nuestras vacunas se probaron en presencia de la cepa Delta, por lo tanto, el pico de Ómicron en Cuba fue un tercio del pico pandémico más alto que fue el de Delta, cuando en el mundo la situación ha sido contraria.  En el mundo los picos de Ómicron han sido más altos que el resto de los picos pandémicos.

Atilio Borón.-  Realmente, Presidente, sí sabíamos del desempeño de Cuba, incluso, reconocido por la Universidad John Hopkins, que es la que está haciendo toda la recopilación de los datos internacionales; claramente, Cuba aparece en una posición de excelencia en cuanto a su capacidad de controlar la pandemia con vacunales propios.  Lo que nosotros creíamos era que ustedes habían recibido al principio alguna cantidad de vacunas de Rusia o de China, pero parece que ese no fue el caso.

Miguel M. Díaz-Canel.-  No fue el caso, no fue el caso, Atilio, tuvimos que desarrollar nuestras propias vacunas.

Y aquí entonces hay una situación de convergencia de esos tres elementos que te he dicho: bloqueo recrudecido, agresividad intensa con una campaña comunicacional de desacreditación de la Revolución por parte del Gobierno de los Estados Unidos y las complejidades de la pandemia.

Entonces, ahí sería bueno decir: Bueno, ¿qué hace Cuba en esa situación? Porque, indudablemente, el Gobierno de los Estados Unidos apostó a que en esta situación la Revolución Cubana se caía, incluso alentó que hubiera un “golpe suave” en Cuba el 11 de julio, que todos conocemos que ocurrieron un grupo de hechos vandálicos –después podemos hablar sobre eso, ampliar–, y también preparó toda una “obra de teatro” ante el mundo suponiendo que el 15 de noviembre, y así lo anunciaron, el mundo amanecía con una Revolución Cubana caída.  ¡Pero nada de eso!

Nosotros no nos vamos a doblegar, nosotros vamos a seguir resistiendo pero con un concepto de resistencia creativa, que es precisamente la manera en que enfrentamos la COVID-19, o sea, resistimos, pero en esa resistencia, con talento, esfuerzo e inteligencia, crecemos también, y en medio de esa resistencia somos capaces de avanzar, y así lo hicimos con la COVID-19:  pudimos vencer la COVID-19, pero le estamos dando, y para compartirlo con el mundo, si el mundo lo necesita, vacunas altamente eficaces.  Pero Cuba, en medio de esa resistencia, fue el país que envió brigadas médicas a varios países para enfrentar la COVID-19, incluso, cuando la COVID-19 era el epicentro en ciudades, por ejemplo, italianas, en ciudades europeas.

Por otra parte, nosotros seguimos ratificando el reconocimiento y defensa de nuestras esencias a las que no vamos a renunciar: la independencia, la soberanía, la democracia socialista, la paz, la eficiencia económica, que tenemos que seguir construyendo y perfeccionando, y la seguridad en las conquistas de justicia social, que eso es precisamente el socialismo que defendemos en Cuba.  Y estamos, en medio de toda esta situación, perfeccionando nuestros mecanismos de democracia, nuestros mecanismos participativos, nuestros mecanismos de control popular.  

A eso sumamos una lucha por la prosperidad que abarque desde la alimentación hasta la recreación, que incluye el desarrollo científico, y esa ha sido una de las apuestas que hemos planteado como uno los pilares de la gestión de Gobierno; a una riqueza espiritual superior, porque el tema no es resolver solo problemas materiales, hay que crecerse también en lo espiritual, en lo sentimental, en lo emocional; al bienestar que empodere tanto el diseño de lo funcional como lo bello en las cosas que se hacen.  

Por lo tanto, hay que partir de que estamos reconociendo un reto enorme de perfeccionamiento de nuestra sociedad y lo hacemos mirándonos por dentro, y por eso estamos abordando en la actualidad temas como los valores, los cambios que se han ido originando en nuestra sociedad, la heterogeneidad que tenemos en nuestra sociedad; cómo ha ido creciendo el sector no estatal; cómo hay muchos intentos de penetración en las ideas de nuestra gente y, en particular, de nuestros jóvenes, con las estrategias de subversión ideológica del enemigo; cómo se garantiza la continuidad; cuál es el papel real y efectivo que tiene la población con su participación en nuestro proceso.  Esto lo hacemos combinando algunos elementos fundamentales, en primer lugar, la cultura, y cuando me refiero a la cultura, estoy refiriéndome, Atilio, a la cultura no reducida a la creación artística y literaria, sino a la cultura en sentido general.

En Cuba históricamente, desde los procesos de fundación de la nación cubana, ha habido una enorme coincidencia del pensamiento más independentista, del pensamiento más revolucionario con el pensamiento también científico, y eso está planteado desde el Padre Félix Varela, pasando por José de la Luz y Caballero, pasando por José Martí, el pensamiento martiano con toda su vigencia, pasando por los comunistas de los años treinta y, por supuesto, el legado de Fidel.  En esa cultura ha estado siempre presente la aspiración a la justicia social, a la máxima justicia social posible.

Recordemos que como un hecho particular de las guerras de independencia de Cuba, Carlos Manuel de Céspedes cuando está dando el grito de independencia está planteando el levantamiento por la independencia, pero les está dando libertad a los esclavos, ya ahí hay un hecho inclusivo, ya ahí hay un hecho de emancipación, ya ahí hay un hecho de reconocer también a los oprimidos en materia de derecho, y el primer derecho que les está dando es el derecho de participar en la independencia.

Y como se ha planteado, hay también en esa continuidad histórica una vocación de servicio a la patria, a la Revolución, y por eso siempre salen, como lo abordamos en el Octavo Congreso del Partido, los conceptos de unidad y de continuidad en la Revolución Cubana.

El otro elemento es la ética, y tiene que ver con los valores que se han fundado en ese decursar histórico en nuestra nacionalidad y dentro de esos valores el antimperialismo, Atilio.  Yo creo que el que no sea antimperialista no puede entender hoy por qué el Gobierno de los Estados Unidos actúa de esta forma, por qué el capitalismo actúa de esa forma, por qué fue la perversidad manifiesta del Gobierno de Estados Unidos hacia Cuba en medio de la COVID-19, dónde está el oportunismo y el doble rasero en el actual conflicto europeo que existe por parte del Gobierno de Estados Unidos, dónde está el cinismo cuando se habla, se manipula y se tergiversa el tema migratorio en Cuba.

No se puede entender el mundo, no se puede entender por qué Cuba sigue defendiendo el socialismo si no se es antimperialista.   

Y está el elemento del derecho, el derecho de lo justo, el derecho a la defensa de la dignidad humana, como plantea nuestra Constitución, la democracia y la participación socialista, todo eso también converge a la justicia social, y no podemos perder de vista que todo eso en Cuba se desarrolla desde una política, desde una base solidaria.  Nosotros somos solidarios a nivel de familia, a nivel de comunidad, a nivel de barrio, a nivel de sociedad y, además, somos capaces de ser solidarios con el mundo.  Creo que ahí hacemos también un homenaje, damos una respuesta coherente a esa prédica martiana de: “Con todos y para el bien de todos”.

Todo esto lo estamos haciendo apoyándonos en tres pilares fundamentales en la gestión de Gobierno: la ciencia y la innovación, la informatización de la sociedad y la comunicación social.

Atilio Borón.-  Presidente, en función de todo lo que usted está diciendo, donde mencionó el tema de la guerra, el doble rasero y la agresión del imperialismo, que para nosotros es la agresión en contra de un país que ha tenido unos éxitos extraordinarios pese a la condición de ser un país pequeño desde el punto de vista territorial, con un desarrollo económico que ha sido tradicionalmente frenado justamente por las presiones imperialistas y pese a lo cual el desempeño de Cuba en numerosas áreas, no solo en salud, en educación, cultura e investigación científica es un ejemplo para el mundo y es lo que el imperialismo no puede tolerar, por eso la virulencia del ataque en contra de Cuba hoy, que a veces lo vemos, con indignación, en las redes sociales y grandes eventos que se hacen en España fundamentalmente, dirigidos en contra de Cuba.  

Pero Cuba ha resistido, e incluso, en los últimos tiempos ha habido reformas económicas muy, muy importantes que en algunos casos generaron algunas reacciones violentas.  Usted se refería al 11-J, ¿pudiera iluminarnos un poquito en ese tema?, porque acá la información llegó totalmente tergiversada.  Cuénteme un poquito cómo está ese tema.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Bueno, Atilio, indudablemente la convergencia de los factores que habíamos planteado anteriormente crearon una situación compleja en lo económico y lo social; por otra parte, se atizó mucho.  

Bruno, nuestro canciller, en una intervención posterior a los sucesos del 11 de julio demostró que se montó toda una campaña de inteligencia para provocar el anhelado estallido social en Cuba que fracturara la unidad y que diera al traste con la Revolución, y esto lo tenemos que ver en antecedentes históricos.

Siempre se debe recordar algo que muchas veces se omite, y es para qué es el bloqueo a Cuba y qué sentido tiene para el Gobierno de los Estados Unidos el bloqueo a Cuba.  La respuesta está en los propios documentos oficiales de ese gobierno cuando codificó esa política en un famoso memorando que decía: “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (...) el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales (...) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba (...) una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y derrocamiento del Gobierno”.

Ahí en esa historia está el cinismo con relación...

Atilio Borón.-  Este es un documento oficial, ¿verdad, Presidente?

Miguel M. Díaz-Canel.- Oficial, son fundamentos escritos  por un subsecretario de Estado, Lester Mallory, y así se ha venido aplicando esta política durante más de 60 años.

Precisamente eso se recrudece en el peor momento, cuando el país estaba atravesando su peor pico pandémico.  Recordemos la crueldad con la que se convocó en las redes sociales a una supuesta campaña de SOS, primero Matanzas, después Ciego de Ávila, después Holguín, que eran las ciudades y las provincias que entraban en una situación pandémica más compleja.  Después se convocó al SOS Cuba.

Yo te digo hoy, haciendo un análisis retrospectivo de todas las causas, las consecuencias y todos los análisis posibles, que si alguien merece en el mundo una campaña de SOS es la sociedad norteamericana. Pero, bueno, en esas condiciones indudablemente se produjeron un grupo de hechos.  Esto estaba llevando un guion de Guerra No Convencional, un guion de “golpe suave”, y estaban preparados todos los elementos de ese guion.  Los que salieron a las calles no fueron manifestaciones pacíficas, como se ha tratado de manipular; incluso, algo que demuestra eso es que en las redes tuvieron que acudir a fotos y a noticias falsas para poner las supuestas manifestaciones pacíficas.  

Aquello fue ridículo, pusieron una foto en un bulevar de un país árabe, una foto de una celebración por la noche en Argentina de sus éxitos en un campeonato de fútbol, fotos del pueblo cubano que salió a defender en las calles a la Revolución como si fueran manifestaciones en contra y no de apoyo.  Y sí ocurrieron un grupo de hechos vandálicos, y el guion estaba preestablecido: si se convocaba al pueblo a defender la constitucionalidad, a defender el orden interno y su seguridad, el montaje era el de una dictadura que estaba llamando a una guerra civil; si se llamaba a las fuerzas del orden interior a actuar, se hablaba entonces de represión por parte de las fuerzas militares, y después de esto, como ha sucedido, entonces toda una campaña alrededor de los juicios y alrededor de las sanciones.

Te puedo decir y les puedo comunicar a los que nos están oyendo que Cuba es un Estado socialista de derecho, donde no hay desaparecidos, donde no hay asesinatos, donde no hay represión policial, donde se reconoce el debido proceso, y solo se ha procesado judicialmente a los que cometieron delitos, fundamentalmente, violentos.  No se ha procesado a ninguna persona por hablar en contra de la Revolución, ¡eso es una mentira!, aquí no hay nadie preso.  Hubo un “lacayito” del Gobierno de los Estados Unidos que se prestó para todas estas acciones y en ningún momento estuvo preso, y todos sabemos cómo terminó la “obra de teatro” que quiso ensayar para el 15 de noviembre.  Es una falacia decir que en Cuba hay gente presa por hablar en contra de la Revolución; además, nuestra sociedad es una sociedad totalmente crítica y tenemos varios espacios a nivel de participación popular donde la gente expresa sus planteamientos y todo el mundo no habla a favor de la Revolución.  También dentro de la Revolución se critica todo un grupo de cosas que tenemos que perfeccionar, los primeros críticos con la propia Revolución somos nosotros mismos.

Los juicios se han llevado a cabo con pleno respeto a la ley, con todas las garantías y con total limpieza y transparencia.  Las penas que están dictadas son competencia de los tribunales y se han hecho con toda racionalidad, incluso en estos momentos todavía por eso nosotros no anticipamos cifras ni información, porque hay personas que están en los procesos de recursos, de apelación, y todo eso hay que respetarlo, porque tú no puedes tampoco, por un problema de ética, a la opinión pública mostrarle una información que pueda atentar contra los derechos y las garantías que tienen todas estas personas en sus causas.  Se actuó contra hechos vandálicos, hechos vandálicos que fueron de una enorme agresividad, ¡de una enorme agresividad!, que atentaron contra la seguridad ciudadana y el orden interior, como se juzgaría, Atilio, en cualquier lugar del mundo.

Atilio Borón.-  Claro, como se hace en Estados Unidos con los acontecimientos del 6 de enero en el Capitolio, por ejemplo.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Como se juzgaría en cualquier lugar del mundo; pero aquí está el guion preestablecido que te decía de Guerra No Convencional, de “golpe suave”.  Lo que habría que preguntarse es ¿por qué Cuba y no la condena por los desaparecidos, por los líderes sociales y periodistas asesinados diariamente?  ¿Por qué no al abuso policial, a los centros de torturas clandestinos, a las fuerzas paramilitares que actúan reconocidas por gobiernos del mundo?  ¿Por qué tienen que acudir a falsas noticias y a presiones a personas para que escriban cartas o se manifiesten públicamente?  ¿Por qué se alienta a mensajes vulgares y cargados de odio?  ¿Quiénes son los que realmente promueven la guerra en el mundo, desestabilizan gobiernos, dejan en crisis y en caos a los países en los que intervienen y planean asesinatos y atentados contra líderes de otros países y manipulan la opinión pública mundial?  ¿Quiénes son realmente los mayores violadores de los derechos humanos y los que imponen medidas unilaterales y las internacionalizan?  Recordemos que la historia de los Estados Unidos está llena de guerras y matanzas.  Durante sus más de 240 años de historia solo en alrededor de 16 años Estados Unidos no estuvo involucrado en alguna guerra.

Atilio Borón.-  Y eso lo dijo nada menos que Jimmy Carter.

Miguel M. Díaz-Canel.- Después de la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos se convirtió en el país más poderoso del mundo, y la guerra entonces se convirtió en una herramienta importante para que Washington mantuviera su hegemonía.  

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta el año 2001 Estados Unidos inició 201 de los 248 conflictos armados en todo el mundo en 153 lugares, lo que representa más del 80 % del total de los conflictos mundiales, entre ellos, las invasiones a Afganistán e Irak que todos sabemos cómo concluyeron.

Washington ha llevado a cabo acciones destinadas a derrocar a otros gobiernos en todo el mundo, solo en las últimas tres décadas: en Panamá, Yugoslavia, Irak, Afganistán, Honduras, Libia y Ucrania, entre otros, y estos derrocamientos condujeron al encarcelamiento y/o ejecución de los jefes de Estado en Panamá, Yugoslavia, Irak y Libia.  

Entonces, ¿qué es lo que debe preocupar realmente al mundo? ¿Quién debe ser realmente condenado y quién merece realmente un SOS?  

Te diría, además, Atilio, que una mínima cantidad de personas de las que participaron en los acontecimientos del 11 de julio fue sobre las que se actuó.

Pero, además, es mentira que haya alguien preso menor de 16 años.  Los jóvenes entre 16 y 18 años que intervinieron en esto se han atendido con suma racionalidad judicial, y hay toda una cantidad de mentiras y de tergiversaciones sobre esa realidad.  Se ha pretendido manipular la respuesta de Cuba, sobre todo, en la actuación policial, y la Policía actuó con toda profesionalidad para enfrentar el vandalismo y la violencia, fuera de comparación con cualquier otro país en el mundo en las mismas circunstancias, y su actuación para nada fue desmedida ni desproporcionada.  

Ahora, ¿qué querían, que el pueblo cubano estuviera con las manos atadas y permitiera que se atentara contra su tranquilidad ciudadana y su seguridad que es uno de los paradigmas y es uno de los bastiones que tiene nuestra sociedad?

Atilio Borón.-  ¡Claro que no!

Miguel M. Díaz-Canel.-  Yo creo que ha sido muy manipulada y muy tergiversada esta situación, y, lamentablemente, Atilio, como tú mismo lo conoces, hay personas, desde la izquierda incluso, que se dejan intoxicar con lo que está en las redes sociales.  

Uno a veces trata de entender que desde la izquierda o desde algunas posiciones donde esa izquierda no está en el poder ni está encabezando un proceso revolucionario tiene muchos recelos sobre las acciones que puedan tener los Estados y las políticas de Estado, porque ellos están en la oposición; pero ese no es el caso de Cuba. Creo que ante todo hay que entender y no soslayar ni mencionar para quedar bien cuando se hace un análisis con Cuba las verdaderas causas que provocan en Cuba un grupo de situaciones que pasan, entre otras cosas, por esa política de bloqueo cruel, que es la única que se ha aplicado en esas dimensiones a un país del mundo, y, por otra parte, en lo que tiene que ver con esa agresividad imperial que hay en materia de comunicación mediática hacia Cuba.

Yo siempre digo una cosa: Si somos tan ineficientes, si somos tan malos, si somos tan incapaces, quítame el bloqueo y vamos a ver a cómo tocamos, ¡y vamos a ver a cómo tocamos!

Atilio Borón.-  Yo he escrito mucho sobre eso, digamos: justamente si le quitan el bloqueo, ahí se vería que si Cuba está tan mal se caería sola, pero, evidentemente, ellos saben que Cuba podría resistir y que sin el bloqueo sería realmente un país con una potencialidad económica, científica y cultural extraordinaria, por eso el empecinamiento.

Presidente, no hay un solo ejemplo en la historia universal, aunque nos remontemos al inicio de los grandes imperios asiáticos hace 5 000 años, donde un país haya sido sitiado por otro durante más de 60 años, y esto quiere decir que acá hay algo muy muy especial en Cuba.  

Yo estoy abusando de su tiempo, ¿me permite una preguntica más que tiene que ver con el níquel cubano?, porque estamos viendo acá que las comodities famosas ahora con la guerra en Ucrania han subido enormemente el precio, y veía por ahí el otro día que el precio del níquel ha subido mucho.  Eso es una buena noticia para Cuba, si es que le dejan exportar el níquel, ¿cómo está eso?

Miguel M. Díaz-Canel.-  Es una buena noticia.  Recordemos que nosotros hace muchos años, desde los años noventa, la explotación del níquel cubano una parte la hacemos en conjunto con una importante empresa canadiense, la Sherritt, donde tenemos un negocio de empresa mixta en una planta cubana y donde tenemos un negocio de empresa mixta en una refinadora de níquel en Alberta, Canadá, y realmente se nos abren un grupo de posibilidades con estos precios que está teniendo la producción de níquel.  

De todas formas, el níquel cubano pasa por el bloqueo, y recuerda que una de las cláusulas del bloqueo plantea que no se pueden comercializar en el mundo productos que contengan un determinado por ciento de componentes fabricados con níquel cubano; pero de todas formas esto sí nos ofrece determinadas posibilidades de ingreso, como nos las está dando también ahora en esta reanimación, en esta supuesta nueva normalidad, que se empieza de nuevo a incrementar el turismo hacia Cuba, afectado también ahora por este conflicto europeo.  

Ahí están, Atilio, los precios del níquel y también del cobalto, que acompaña toda la producción de níquel y que también es un elemento que tiene un importante valor en el mundo hoy porque tiene que ver con varios renglones económicos a nivel internacional.

Atilio Borón.-  Perfecto.

Bueno, no sé si quisiera agregar algo más, Presidente, que no le hayamos preguntado, algún mensaje.  Este programa está siendo reproducido en varias radios comunitarias en Venezuela, en Argentina, en Ecuador y en otros países, ¿quiere decir usted unas palabras finales?

Miguel M. Díaz-Canel.-  En primer lugar, el agradecimiento a ti por esta oportunidad que nos has dado y estamos siempre prestos para cualquier cosa que se quiera conocer sobre Cuba, para discutirlo, para abordarlo desde la sinceridad, desde la honestidad y desde la transparencia.  

El abrazo para todos los pueblos latinoamericanos, para todos los que en diferentes latitudes del mundo y en particular de nuestra América hacen de Cuba también una razón de sus vidas y por quienes constantemente nos sentimos apoyados.

Ratificarles que solo el Gobierno y el pueblo cubanos saben lo que significa enfrentar cada día las condiciones que impone ese cerco del bloqueo, no por un día, sino por 60 años, que es una política desproporcionada y abusiva de los Estado Unidos hacia Cuba; Estados Unidos, que es treinta veces mayor en población y territorio, que controla las finanzas y el comercio mundial y utiliza todo ese poderío contra una isla varias veces menor en proporción demográfica y territorial, pero no menor en dignidad y heroísmo.  

Cuando uno analiza las razones para la política imperial contra Cuba, no hay ninguna, solo hay sinrazones.  

Nosotros, en medio de esas circunstancias, también queremos  expresarle al pueblo de Latinoamérica y el Caribe que la Revolución Cubana seguirá defendiendo sus conquistas, seguirá defendiendo el socialismo, que no se rendirá nunca, que no claudicará y que pueden contar con que Cuba siempre estará presente para las causas justas.

¡Gracias, Atilio!

¡Gracias, Latinoamérica!

Un abrazo también para nuestros amigos.

Atilio Borón.-  Muchas gracias, Presidente.

Miguel M. Díaz-Canel.-  Gracias a ustedes.


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Atilio Borón

Director del PLED, Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini


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