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jueves, 21 de noviembre de 2024

“4.9: Una noticia que no lo será”

La diferencia entre la vida y la muerte de niños y embarazadas no importa a los grandes medios

Iroel Eri Sánchez Espinosa en Exclusivo 03/01/2012
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Siete provincias logran tasas por debajo de 4,9.
Caimanera baja mortalidad infantil en Guantánamo

Caimanera es un municipio de Cuba. Iniciando el año 2012, una noticia procedente de ese pequeño poblado pasará inadvertida para muchos. Para los cubanos, porque de tanto escuchar informaciones similares se ha vuelto costumbre y,  para el resto del mundo,  porque ningún gran medio de prensa la publicará, a pesar de que Caimanera es la localidad más cercana al territorio que Estados Unidos ocupa en la Isla,  porque es allí donde está enclavada la ilegal base naval de Guantánamo.

El hecho es que, según el sitio Web de Solvisión, canal de televisión guantanamera, Caimanera cerró el año 2011 con índice cero en las tasas de defunciones en menores de un año, en las edades preescolar y escolar, al igual que en los fallecimientos maternos.

También lo atestigua la organización no gubernamental “Save the children” que seleccionó a Cuba entre los mejores países del mundo y el mejor del Sur para ser madre, y a Afganistán como el peor.

La nación centroasiática, donde  procede la mayor cantidad de personas avecindadas forzozamente por EE.UU. en la base militar norteamericana en Guantánamo,  es la que posee la mayor tasa de mortalidad infantil en niños menores de un año en todo el mundo, por no hablar de aquellos de otras edades que han sido víctimas mortales de las acciones de la OTAN.

Afganistán cerró el 2011 con un índice de 149 por cada mil nacidos vivos, superior al de 147 que ostentaba el país cuando la OTAN, bajo el liderazgo de Estados Unidos, decidió “llevar la democracia” allí.

En cuanto a los fallecimientos maternos, según el único dato disponible del 2008 , mueren 1400 madres por cada 100,000 nacimientos, sin contar  casos como el de la embarazada asesinada por las tropas norteamericanas en la provincia afgana de Paktia el pasado 17 de diciembre, de la que ningún medio de prensa occidental ha aportado el nombre ni entrevistado a su familia.

El índice de mortalidad infantil de Cuba  en el año que concluyó fue de 4,9, cifra  incluso mejor que la de los Estados Unidos, con 7. Además, diecisiete municipios cubanos presentaron en 2011 una mortalidad infantil de cero, todo ello a pesar de que el gobierno de Washington legisla para impedir el acceso de los cubanos a medicinas y tecnologías de la salud.

En nombre de los niños María Amelia Alonso Valdés, de dos años; Damián Hernández Valdés, de cuatro; y Dayán Romayena Lorente, de doce; quienes padecen de tumores del sistema nervioso central y necesitan tratamiento con Temodal, medicamento estadounidense y al que Cuba no puede acceder, el canciller cubano pidió el pasado octubre a la Asamblea General de la ONU condenar el bloqueo de Estados Unidos a la Isla, y obtuvo el apoyo de 186 países.

Pero al igual que el esfuerzo de Cuba para arrancarle a la muerte las vidas de María Amelia, Damián y Dayán, los niños y las madres de Caimanera están condenados a no ser noticia. El nombre del municipio guantanamero sólo llegaría a los grandes medios si desde allí hablaran personas pagadas por EE.UU. para crear el pretexto que permita convertir a este país en un nuevo Afganistán de la mano de las tropas que a pocos metros ocupan ilegalmente el territorio de la Isla, porque la diferencia entre la vida y la muerte de niños y embarazadas jamás importará a quienes trabajan en complicidad con sus victimarios, ya sea en La Habana o en Kabul.


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Iroel Eri Sánchez Espinosa


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