Durante décadas, el juego ha sido una actividad inherente a la naturaleza humana y, sin dudas ofrece innumerables beneficios en todas las etapas de la vida, para las personas que lo practican. A pesar de ello, a menudo suele subestimarse o se olvida su valor, e incluso, lo fundamental que puede llegar a ser para el desarrollo de habilidades; mucho más en la etapa de la niñez, justo esa en la que estas prácticas pueden jugar un rol importante para el desarrollo de la imaginación, la curiosidad y la sociabilidad.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el juego, que solía ser una parte esencial de la infancia, está disminuyendo en todas las edades en las últimas décadas, lo que representa un peligro para su desarrollo.
JUEGOS TRADICIONALES VS JUEGOS TECNOLÓGICOS
En la era digital que nos ha tocado vivir, esa donde las pantallas nos rodean en todas partes, es más importante que nunca encontrar un equilibrio entre los juegos tecnológicos y los tradicionales.
Si bien los juegos tecnológicos pueden ser divertidos y educativos, no deben eclipsar el valor de aquellos que hace varios años atrás, eran los más frecuentes e incluso los únicos, mucho menos, aquellos que fomentan el desarrollo cognitivo y social.
Varios son los especialistas que afirman que el uso excesivo de estos juegos puede provocar problemas de atención, dificultades sociales y falta de actividad física.
En cambio, los juegos tradicionales como los rompecabezas, los juegos de mesa y los de construcción, ofrecen una amplia gama de beneficios para los niños. Este tipo de prácticas les permite desarrollar habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas, memoria y creatividad; y en adición, promueven la interacción social, la comunicación y el trabajo en equipo.
Por su vinculación en proyectos de investigación que abordan las implicaciones psicológicas que pueden tener el uso indiscriminado de la tecnología en infantes, conversamos con el estudiante de 5to año de la carrera de medicina, en la Facultad de Ciencias Médicas de la provincia Mayabeque, Jose Antonio Ferrales.
El juego es como un cofre lleno de tesoros para nuestro crecimiento y felicidad. Es un derecho fundamental para los niños y un compañero indispensable para todos, sin importar la edad.
Jugar nos trae alegría, nos ayuda a descubrir cosas nuevas y nos pone a prueba constantemente; nos da satisfacción y nos hace sentir bien. Y no solo eso, también nos hace crecer de forma equilibrada, y en ocasiones, logra esa sintonía perfecta entre cuerpo, mente, y corazón.
Es por ello que desde Cubahora, te proponemos estas ideas de juegos caseros para disfrutar en familia.
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