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sábado, 23 de noviembre de 2024

El reto de vestir a los niños

¿Cómo viste usted a su hijo? ¿Dónde le compra su ropa? ¿Cree que su hijo imita al vestir los patrones de los adultos? Le proponemos reflexionar al respecto...

Andrés Yunior Gómez Quevedo
en Exclusivo 05/04/2014
4 comentarios
Moda niños 2
Algunos padres prefieren vestir a sus hijos con ropas de marca. (Andrés Yunior Gómez Quevedo / Cubahora)

María es la abuela de Christian, un niño de dos años que pronto va a cumplir tres. Ella quiere comprarle un par de zapatos y una muda de ropa bonita para hacerle varias fotos ese día, pero a la hora de aflojar el bolsillo (como decimos en buen cubano) se da cuenta de que en realidad lo que tiene que hacer es fortalecerlo, cosa de que le alcance al menos para la muda de ropa. El dilema de María es uno de los más comunes en nuestro país.

El vestir al niño o a la niña generalmente se convierte en una serie de interrogantes que oscilan entre el qué ponerle, cómo y dónde conseguirlo, los precios, entre otros factores que resultan estresantes y son hasta causa de discusiones o debates familiares, pues entre las tantas prioridades que tiene un menor de edad está la del vestir, aunque en sus mentes aún no haya ningún asomo de pudor.

¿QUÉ LE PONGO?

A los cubanos les gusta emular en esto del aspecto de sus bebés e infantes. Es algo perceptible en el discurso de cualquier madre o recién parida. Por supuesto que estos menores no tienen vanidad aún, o al menos un estilo o gustos definidos; por lo que los modos en que estos niños son vestidos responden a las proyecciones y posibilidades de sus padres y familiares.

Ofelia, madre de dos niños entre 2 y 4 años apunta: “Al más chiquito le pongo la ropa que dejó el hermano mayor, por suerte el segundo también salió varón y me ahorré el dineral que una se gasta para poder vestirlos. Incluso la canastilla fue heredada del mayor, porque como yo tenía pensado volver a parir en algún momento no me deshice de nada. También es costumbre vieja, pues recuerdo que yo misma de niña utilicé cantidad de ropas que habían sido de mis primas y hasta de mi madre".

Mara, que tiene una hembra de cuatro años, agregó: “Cuando decidí tenerla una de las primeras cosas que quise constatar fue el sexo, para saber qué tenía que comprar. En el tiempo de mi embarazo trabajaba como cuentapropista, lo que me permitía una buena entrada de dinero, y era el momento de aprovechar, aunque de todos modos mi esposo me ayudara. Pero yo sabía que la cosa era en grande, porque entre la canastilla, el coche, la cuna, etc, la suma subía y subía sin parar, pero al menos esas son cosas que quedan; el problema verdadero es  la vestimenta, porque los bebés obviamente van creciendo, y se les va quedando la ropa chiquita. Entonces cuando uno tiene que comprarla y ve los precios tan altos lo primero que le viene a la mente es si está haciendo un gasto inteligente o no, porque para el tiempo que les va a durar, al menos de forma útil, no me parece que haya que gastarse tantos miles de pesos. De todas formas una está obligada, porque tampoco vamos a tener a la niña desnuda".

Inés, enfermera y madre de un varón de tres años también se expresó al respecto: “Yo he tenido que hacer magia para poder vestir a mi hijo, porque soy madre soltera y llevo la casa sola, entonces imagínese que no puedo darme el lujo de comprarle a mi hijo lo último ni tampoco zapatos en la tienda, aunque quisiera, pero debo irme siempre por las opciones más económicas, que desgraciadamente no siempre son de la mejor calidad. Recurro a la costurera, ella me hace desde ropa interior, hasta juegos completos de pantalón y camisa, incluso con ropas que compro en buen estado en la reciclada, y las utilizo como tela. Al final visto al niño de lo más bonito, que es lo más importante.”

Como anteriormente expresé, el vestir a los menores de edad es una cuestión de proyección y posibilidades de los adultos a su cargo, en este caso Yobalis, madre muy  joven de un niño de tres años recalca: “A mi hijo yo le pongo lo mejor. Le compro la ropa por juegos completos, y como le gustan mucho los muñequitos de Dora la Exploradora, Spiderman y Ben 10, trato de buscarle todo, incluso la ropa interior, con sus personajes favoritos, así se siente contento cuando lo visto. Lo que sí me resulta pesado es el precio de los zapatos para niños, son demasiado caros teniendo en cuenta el tiempo que le duran, porque crecen a millón y tampoco tienen conciencia para cuidar nada. De todos modos se los compro, no hay de otra, ya cuando se les queden los vendo o se los regalo a algún primo que nazca".

¿DÓNDE COMPRO?

Otro de los problemas a la hora de comprar ropa para los niños radica en las opciones. Si bien es cierto que hoy día se han diversificado las ofertas en lo que a moneda se refiere, de igual modo el factor precio es algo que sigue constituyendo una traba.

En varios Boulevards del país, por ejemplo, existen varias tiendas en moneda nacional que venden distintos tipos de piezas para niños. Estos artículos son confeccionados en Atelieres, y para muchos es una opción menos exagerada en cuanto a costo, ¿dónde está el pero? En los precios, que a pesar de ser módicos guardan mucha similitud a los importes de la ropa para adultos.

“Al menos estas ropas son menos costosas que en las tiendas shopping, y que en los particulares que si ya no tienen licencia igual siguen vendiendo por ahí. Pero fíjese en los precios, son casi iguales a la de la ropa de los grandes, o los adultos, y no se trata de la misma cantidad de tela, entonces una se pregunta por qué estos precios", comentó un cliente.

Ante la pregunta decidí dirigirme a una de las Atelieres donde se confeccionan y comercializan estas ropas. Allí pude esclarecer la cuestión. Según la administradora, el valor de las prendas se fija de acuerdo a la suma del precio del tejido más la cantidad del mismo, y por otro lado el de la mano de obra. En todas las Atelieres se pueden confeccionar por encargo cualquier tipo de ropa para la edad que sea, y el precio se fija de igual modo, aunque si se le añaden accesorios como lazos, cintas, botones, etc, incrementa el valor según lo que se le agregue.

El “Proyecto Ternura” es el encargado de la confección de prendas de vestir para niños en el ámbito de las Atelieres, a estos equipos les llegan los tejidos adecuados para este tipo de trabajos, dígase telas con estampados y colores alegóricos a los niños, así como accesorios igualmente adecuados para este público. Entonces el problema está en los costos de la materia prima, que ayuda al incremento de los precios, pues obviamente, la mano de obra hay que cobrarla.  

De igual modo, existen criterios que apoyan la idea de que es más fácil cuando el niño es varón, ya que hay que comprar menos artículos, sin embargo, para la hembra siempre se hacen necesarios accesorios como hebillas, cintillos, pasadores, felpas, lazos, etc.

ROPA DE MARCA PARA ADULTOS RECORTADOS

El asunto de la ropa de marca también atañe a los menores de edad, y no porque sea algo que les importe a ellos, sino a sus padres, que de cierto modo se lo van inculcando.  Por supuesto que el factor precio está de más debatirlo, pues todos estamos conscientes de dicha situación.

Joana, madre de un niño de cinco años, agrega que su hijo se viste con algunas prendas de marca porque el papá vive en el extranjero y se las manda o se las compra cuando viene aquí, pero que ella prefiere vestirlo sencillo, ya que se trata de gastos demasiado elevados y un dinero que bien puede emplear en comprarle más cosas o en la alimentación. Pero el padre insiste, y el miedo de Joana es que el niño se habitúe a algo que ella por su cuenta no puede sostener.

De igual modo llaman la atención la cantidad de niñas y niños que son engalanados como adultos en miniatura. Si bien lucen simpáticos en ocasiones, no es bien visto del todo que a las niñas por ejemplo se les pongan plataformas, zapatos de tacones, o ropas muy ceñidas y cortas. Sabemos que los menores siempre imitan a los adultos, pero es el trabajo de los padres velar por la estética de sus hijos, y no instarlos a quemar etapas en ninguno de los sentidos.

El contenido sexual que está detrás de algunas prendas de vestir como los llamados “calenticos”, las licras, o algunos vestidos y sayas a punta de nalga como bien decimos, no son prendas que deban verse en el cuerpo de una menor de edad. También se han visto casos de niñas con los labios  y las uñas pintadas, lo cual atenta contra la inocencia que debe primar en la estética de nuestros menores, no importa si por otro lado son más precoces, más avispados, o menos mojigatos.

Algo que queda bien claro es que el cómo luzcan los menores siempre será responsabilidad de los adultos, pues aunque ellos a veces demuestran preferencias por algún tipo de atuendo o pieza en específico, hay que tener en cuenta también el ejemplo que se les da y lo que consumen culturalmente. Es cierto que ya no son tan inocentes como los de antes, pero no podemos olvidar que ante todo, son niños.

(Fotos del autor)

 


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Andrés Yunior Gómez Quevedo

Se han publicado 4 comentarios


Avilke
 23/4/14 11:32

Vestir adecuadamente un bebe es un gran dilema, pues no encuentras la ropita y zapatos adecuada y el precio correspondiente, asi como en ocasiones las tallas. No marcas si no ropa duradera y de calidad, pues un niño acaba en dos dias lo que una persona mayor en un semestre. Ademas los niños hay que vestirlo de acorde a su edad y a la actividad a desarrollar. Hay padres que por favor se creen que su bebe esta a su altura.

Maite
 6/4/14 10:57

Ademas d euna cuestion monetaria también lo es de buen gusto, yo a mi bb con batas como ha sido toda la vida... nada de mini tacones ni ropa de mujer recortada

cubitabella
 6/4/14 2:02

tienen toda la razón vestir a un niño es como para sacarse la lotería, cuesta más una prenda de bebe que de un mayor al igual que los zapatos da pena ver los precios esta es una de las cosas que creo que es la baja natalidad en nuestro país, primero hacer una cuenta bancaria y después pensar en tener al bebé

Arístides
 5/4/14 16:51

André Yunior, me ha gustado mucho el enfoque que haces de este tan delicado asunto del vestir de los infantes y niños. Aunque no tengo a mi cargo niños ni jóvenes, me interesó el tema, pero he encontrado en especial un párrafo donde hablas de lo "provocativo" que visten a alguna niñas, y sobre eso te cuento; En una ocasión lo cementé con una muy buena amiga, no cubana, y me respondió: - “Cuando yo era niña no tenía casi ni que ponerme, y sin embargo, fui abusada”. Lo que me dijo no era nuevo para mí, ya me lo había revelado, pero su respuesta me hizo reflexionar, que la maldad de algunos, o algunas, en su muy personal caso, no tiene límites.

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