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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?

Una de las comedias francesas más ágiles de los últimos tiempos aborda con gracia y buen gusto el tema del racismo oculto...

Diany Castaños González en Exclusivo 26/05/2015
1 comentarios

Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? es una de las comedias francesas más ágiles de los últimos tiempos que aborda con gracia y buen gusto el tema del racismo oculto.

El éxito de taquilla que esta película tuvo en Francia en el año 2014, que casi logra igualar el récord de la muy superior Intocable (Olivier Nakache y Eric Toledano, 2011), precede a toda puesta del filme.

El mayor peso de la trama de la película se apoya en las diferencias de etnia, religión o raza, y los prejuicios que pueden generarse ante las diferentes culturas, lo cual resulta una premisa bastante similar a la también taquillera película española Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014); con la única gran diferencia de que, mientras esta última explota los tópicos y los contrastes entre las regiones (lo que limita el alcance de la mayor parte de su humor al ámbito nacional), las discrepancias entre los personajes de Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? son mucho más universales y no se basan en las distinciones entre dos regiones, ni siquiera de dos naciones, sino entre varias culturas —o religiones— diferentes.

El argumento: Claude y Marie Verneuil, un matrimonio católico y muy conservador, tienen cuatro hijas, a las que han tratado de inculcar sus valores y principios. Sin embargo, las chicas solo les han dado disgustos: la mayor se casó con un musulmán; la segunda, con un judío, y la tercera, con un chino. El matrimonio deposita todas sus esperanzas en la hija menor, esperando que, al menos ella, se case por la iglesia.

En cierto modo, Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? refleja la realidad francesa contemporánea, ya que el veinte por ciento de los matrimonios galos actuales son mixtos. De hecho, el director de este filme, Philippe de Chauveron, se inspiró en su propia familia para engendrar el argumento.

La cinta se sitúa en la órbita de títulos recientes como Bienvenidos al Norte (Dany Boon, 2008), en la que se hacía hincapié en las diferencias generales entre los habitantes del Norte y el Sur de Francia; Bienvenidos al Sur (Luca Miniero, 2010), que es poco más que la versión italiana de la película anterior.

Sin ser necesariamente una obra maestra, Dios mío… resulta un filme con un buen ritmo y bastantes y dosificados chistes; además, cuenta con la actuación de Chantal Lauby y Christian Clavier.

La cinta es la típica —y tópica— comedia francesa que se refiere a una Francia donde las diferentes culturas (judíos, árabes, africanos y chinos) parecen haberse apoderado del estilo de vida cotidiano del francés común, para desesperación de los franceses más rancios, católicos y estrechos de entendimiento.

Quizás entre los puntos más flojos de la obra está la leve caracterización de los personajes, lo que entorpece la identificación del espectador con alguno de ellos. Y es que, Dios mío… se comporta como si desconociera que en el humor, aparte de los gags, fáciles y reiterativos, existen el sarcasmo y la ironía... También, le resta al filme sus buenas intenciones de no ofender a nadie, lo que es, en el tema y el género que ocupa al filme, imperdonable.

En definitiva, que Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? es una comedia amable, bienintencionada, blanca como la nieve y mucho más provinciana de lo que parece. Aunque su parte final flaquea en una resolución políticamente correcta —cómoda— y la trama es bastante previsible, con clichés y estereotipos como guía de sus circunstancias cómicas, se trata de una película simpática, que se disfrutará entre retozos de complicidad y entendimiento.


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Diany Castaños González

A aquella muchacha le gustaba acostarse soñando imposibles, hasta que despertó una mañana segura que, durante la noche, había dormido apoyando su cabeza sobre el ombligo de Adán.

Se han publicado 1 comentarios


williamdelsol
 29/5/15 17:58

Como siempre tan profunda y amena en tus analisis. Asi, desde la maravillosa gama de información que  tu  facilitas, es como se persuade a un potencial espectador a constatar  los valores eticos,historicos,sociales y artisticos  que  hacen la magia del decubrimiento y disfrute de una obra de arte. si sigues escribiendo de esa manera bien valdría la pena crearte un programa de  television.

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