Mucha alegría y colorido inundará el escenario del Centro Cultural Cinematográfico Yara, en el vedado habanero, cuando el próximo 16 de abril, en coincidencia con la semana de receso escolar, comiencen las sesiones del VII Concurso Nacional de Payasos Erdwin Fernández In Memoriam.
A la cita, cuya premiación tendrá lugar el 19 de abril a partir de las dos de la tarde, asistirán artistas de Mayabeque, Camagüey, Holguín y La Habana. Un total de 16 payasos aspiran a obtener los lauros que otorgará el jurado integrado por la primera actriz Nilda Collado, los profesores Orestes Pentón, Roberto Suárez, Osvaldo Hernández y Jacqueline García.
A propósito del evento, conversamos con Jacqueline García, quien es la secretaria general del Círculo de Payasos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y vicepresidenta de la Asociación de Circo de esa institución. Junto con Dimas, su pareja artística, integra el multilaureado dúo de payasos Jacqui y Dimín.
Hace algunos años Jacqueline se desempeña además como secretaria general del Proyecto El patio de los narizotas y los zapatones, sede del Círculo de payasos Erdwin Fernández, que desde el capitalino municipio de Arroyo Naranjo labora por la superación técnico-artística de quienes se dedican a ese arte en la Mayor de las Antillas.
—¿Cuáles fueron tus inicios en el mundo de las payasadas?
—Soy actriz, egresada del Diplomado en Teatro para niños y títeres, del Instituto Superior de Arte, en el año 2004. Mis profesores fueron Freddy Artiles Machado (Santa Clara, 1946 - La Habana, 2009) Armando Morales, Mayra Navarro, entre otros.
“Un día me invitaron a una fiesta y me dijeron que no querían que fuera como actriz, ni como titiritera, sino como payasa. Para mi eso fue un gran reto. Al principio dije que no pero después decidí probar. Y me empezó a entrar el bichito.
“Claro que no tenía gran experiencia como ahora, porque el payaso se va formando con el tiempo. Primero usé una peluca azul, después una roja. Fui incorporando la mirada, la respiración, la forma de caminar de mi payasa. Hasta que surgió la payasita Jacqui.
“En los años 2012 y 2013, tuve la posibilidad, junto a mi compañero el payaso Dimín, de obtener premio Internacional de Circuba. Para mi fue un orgullo porque nunca había incursionado en este arte. Poco a poco fui logrando lo que soy ahora, gracias a mis profesores Orestes Pentón Pedraza (Payaso Pentón) y Nilda Collado”.
—¿Cómo llegas al proyecto El patio de los narizotas y los zapatones?
—El proyecto primero era de teatro con títeres, pero en el 2011 pasó a formar parte del Círculo de payasos Erdwin Fernández y entonces nos vinculamos con la UNEAC, a través de Nilda Collado.
“Luego, con el apoyo del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, comenzamos a impartir cursos a todos los payasos que fueran miembros del gremio, pertenecieran a Circuba o a alguna empresa artística.
“Este proyecto es muy importante porque actualmente no contamos con esa especialidad en la Escuela Nacional de Circo. Las temáticas que impartimos son maquillaje para payasos, payasada, acrobacia, malabares. El círculo cuenta con cincuenta miembros.
“Un día el payaso Pentón, por problemas de salud, decidió que yo fuera la directora del proyecto. No me atreví a dirigirlo y propuse a Nilda Collado por respeto a su trayectoria. Me quedé como secretaria general”.
—En estos momentos hay poca presencia de la mujer en el mundo de los payasos, sin embargo, Nilda Collado es un antecedente ineludible. ¿Constituye ella un referente para tu trabajo?
—Lo que más admiro de Nilda Collado es su constancia, ese respeto que ella inspira a los demás. Eso nos motiva a las mujeres a seguir en este mundo donde todavía existe el machismo. ¿Por qué nosotras no podemos hacerlo? Hoy tenemos muchas payasas que han obtenido premios internacionales.
“Todavía la payasada se ve como un arte menor. Sin embargo, para mi es una de las artes más difíciles que hay. Es necesario dominar primero la actuación, la pantomima, la expresión corporal, los malabares y otras especialidades del circo como la acrobacia y la actuación para la carpa que tiene códigos muy especiales”.
—¿Cuál es tu opinión sobre el empirismo presente en los payasos que animan los cumpleaños?, ¿Crees que han lastrado un poco la labor de los payasos profesionales?
—Muchos de ellos tienen la osadía de decir: 'Yo soy del Circo Nacional de Cuba'. Eso daña la imagen del Circo. Uno se pregunta cómo es posible que sea un artista profesional. Nosotros, con nuestro ejemplo y con el concurso nacional de Payasos que realizamos, estamos dignificando cada día más al payaso profesional del circo.
“Esperamos que este concurso vuelva a ser internacional. Primero tenemos que desarrollar la cantera para podernos enfrentar a los payasos extranjeros que poseen un alto nivel pero también contamos con muy buenos payasos aquí en Cuba.
“Nuestro papel como miembros de Círculo de Payasos de UNEAC, como la vanguardia intelectual de Cuba, es desarrollar este arte y dignificarlo porque en la calle se están haciendo atrocidades”, concluye Jacqueline.
En la VII edición del Concurso Nacional de Payasos Erdwin Fernández in memoriam se entregarán tres premios. Además serán reconocidos por la obra de toda la vida los maestros Rafael Rodríguez Jiménez (Payaso Tapón), Orestes Pentón Pedraza (Payaso Pentón), Alfredo Rodríguez (Payaso Nuevecito) y Nilda Collado con el premio a la constancia, por el rescate de la payasada en Cuba.
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