De la enseñanza primaria, junto con la Elegía de los zapaticos blancos, de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, hay un poema que recuerdo con especial motivación: Romance de la niña mala. Su autor, Raúl Ferrer, constituye uno de los referentes necesarios de esa poesía que evoca la naturaleza del aprendizaje, el afán por la entrega de conocimientos a los demás, junto con la belleza del aire natural y la grandeza del espíritu.
En el aula no era el único que sabía de memoria aquellos versos.: Un vecino del ingenio/ dice que Dorita es mala, / para probarlo me cuenta/ que es arisca y mal criada/ y que cien veces al día/ todo el batey la regaña….Otros compañeros míos recitaban igual aquellas estrofas o hacían su dramatización en el matutino, mientras en el aula nos hablaban de la vida del autor.
Conocí así que lo inscribieron el 1 de julio de 1915—hace hoy 100 años—de su formación como maestro rural en el central Narcisa, de sus primeras propuestas: Estudio del cocotero, Para aprender el acento o La protesta de Baraguá, con las que enseñaba a sus alumnos diferentes materias como historia, geografía, ortografía…De gran valor resultaba para nosotros una de las décimas que compuso, llamada La Clase:
La clase es una paloma
en la escuela de cristal.
En el mar sería la sal
y en la flor sería el aroma.
Por la clase, limpio asoma
de los niños el lucero.
Darla bien es lo primero,
que ella resume el amor,
la vergüenza y el honor
del maestro verdadero.
A principios de los años cuarenta y cuando la Isla sufría los gobiernos corruptos de turno, Raúl Ferrer organiza la Federación Nacional de Maestros Rurales en la que llega a ocupar responsabilidades desde el municipio hasta el Ejecutivo Nacional, donde conoce a líderes campesinos de gran significación como Antero Regalado y Romárico Cordero.
En 1953 visita la antigua Unión Soviética y asiste a la Conferencia Mundial de la Federación Internacional de Sindicatos de Educadores en Austria, donde denuncia la pésima situación del país en materia educacional. Era el año del centenario del Apóstol y del ataque al Cuartel Moncada.
Esa pasión por el magisterio lo convierte en figura clave de la Campaña Nacional de Alfabetización, que en tan solo un año liberó a Cuba del oprobioso analfabetismo. Cuando ocurre la invasión mercenaria por Playa Girón, en abril de 1961, asume el mando de la brigada Conrado Benítez, en Varadero.
Según la doctora Lidia Turner «su genio creador en la educación lo lleva a lanzar una fórmula que muchos matemáticos no sabrían descifrar: QTATA (Que todo analfabeto tenga su alfabetizador; que todo alfabetizador tenga su analfabeto), técnica que sirvió de impulso a la Campaña con su inigualable gracejo criollo».
Raúl Ferrer se incorporó como protagonista a las posteriores batallas educacionales en nuestro país. Estuvo entre los creadores del Plan de Seguimiento de los recién alfabetizados, la Batalla por el sexto grado y posteriormente la Batalla por el noveno grado, además de su aporte en la enseñanza de adultos.
Uno de sus grandes afanes fue el de la promoción de la lectura. En una entrevista concedida por él a inicios de los sesenta y reproducida en Bohemia decía: "La lectura no es una simple asignatura, es una facultad para dominar todos los conocimientos. Cuando el niño nace la lectura lo espera para el complemento de su personalidad. Por eso no nos cansaremos de repetir que el libro es un gimnasio intelectual donde el cerebro se entrena en sus complejas operaciones mentales que profundizan las cuestiones del pensamiento y del talento"
Es por ello que Enrique Núñez Rodríguez, en la despedida de duelo a su amigo por muchos años, exclamó que Raúl Ferrer, de su escuelita del Central "Narcisa," salió hacia el aula inmensa de la patria en la Campaña de Alfabetización y se ganó el derecho de descansar cerca de Rafael María de Mendive, Félix Varela, Lázaro Peña, que fue también su maestro.
"No puedo imaginármelo inmóvil. Me parece verlo andando por los gastados caminos del Yigre, Mayajigua, Camaján o Carbó, saludando alegremente por las calles de su Yaguajay entrañable, mientras camina hacia su vieja casa de libros y amor. De libros y de amor su vida misma", expresó entonces Enrique.
A cien años de su nacimiento en el central Narcisa, Raúl Ferrer sigue inspirando a las generaciones de maestros y poetas, con su pensamiento profundo, su verso claro y su incondicionalidad a toda prueba. Y los niños de hoy continúan recitando la historia de la niña mala, aunque el pobre vecino no entienda ni una palabra.
Alina menese mastrapa
21/2/22 9:54
Muy agradecida por la información sobre Raúl Ferrer. Saludos desde Holguín. Cuba. soy profesora en la educación de adulto y me ha sido muy valiosa esta información.
Jorge Luis Vásquez Gávez
23/9/20 18:11
Gracias desde Perú, por compartir esta valiosa información, y me agrada leer a Rúl Ferrrer, un excelente educador que nos deja la belleza de su poeía y muchas obras que me gustaría leer.
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