— Si te atamos de las manos y los pies, como dice el tema que le da título a tu más reciente fonograma...
—Siempre voy a fugarme, tengo un truco...
Y Polito Ibáñez sonríe y accede a conversar unos minutos a propósito de los treinta años de vida artística que celebra en este 2015. “Yo creo que son más... Cumplí 50 hace poco, pero como todo el mundo fui aficionado, y con 15 años ya estaba haciendo mis primeras cosas”.
—Parafraseando el título de un tema, qué hombre pudo ser Polito?
—El hombre que pude ser... Esa es una canción con muchas lecturas. Y yo soy el hombre que he querido ser. ¿Sabes qué pasa? Yo creo en la reencarnación. Pienso que todo el mundo empezó siendo y haciendo algo que dejó inconcluso, tal vez, y que retoma en otro momento de la vida o en otra vida, mejor dicho, en forma de hongo, de árbol, de animal peludo.
“Siempre he creído que fui un flamenco. Ahora que soy más viejo, voy percatándome de que he creado a mi alrededor esa sensación de paz que dan esos charcos de agua con aves... Y la verdad es que no sé qué seré después, porque realmente se puede ver lo que fuimos pero no lo que seremos. Eso hay que reconstruirlo desde el presente y todavía no estoy construyendo ese otro futuro (bromea). Es que me siento joven”.
—Por tus tres décadas de trabajo tuvimos un concierto, planeas nuevos proyectos. ¿Con qué nos sorprenderás?
—Sí, tuve el concierto en el Brecht. Yo pensé hacer un concierto grande en el Karl Marx con Eliades Ochoa, Berazaín; pero me di cuenta de que sería muy desgastante y decidí hacerlo en el Brecht con los amigos. Estuvieron muchos, César López, David Torrens...
“Una de las cosas más importantes que puedo hacer este año, te comento, tiene que ver con el proyecto de Poemas de poetas cubanos que grabé con la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección del maestro Pérez Mesa, con la producción ejecutiva de Miguel Núñez y con mis arreglos. Quiero probar ese proyecto en otros aires, en otros ámbitos, sobre todo porque las exigencias de la orquesta con su trabajo nos hace muy difícil retomarlo. Quiero hacerlo con las sinfónicas de las provincias. Ya tengo confirmaciones de trabajo en Holguín, Pinar del Río, Bayamo, Matanzas; y en La Habana voy a hacerlo con Ulises Hernández al piano y la Camerata Romeu. No he hablado aún con Zenaida pero creo que me dirá que sí, porque nos conocemos desde hace años y siempre hemos pensado hacer algo juntos, y esta es la oportunidad.
”Este proyecto sinfónico lo estoy haciendo en México. Lo empecé en la Universidad Autónoma de Zacatecas con la orquesta juvenil que dirige una directora cubana, y mi anhelo es hacerlo en varias universidades. Realmente el objetivo inicial, y que no he abandonado, es hacerlo en una plaza de Viena, para que no se quede en un disco o en un solo concierto”.
—Supe, de buena tinta, que andas componiendo temas de jazz.
—A ustedes, los periodistas, no se les pueden ocultar muchas cosas (sonríe). Sí, compuse ocho temas para un trío de jazz, pero no para uno en específico. Puede ser Harold López Nussa al piano, con Ruy Adrián en la batería y su bajista. De seguro será Rolando Luna en el piano, Gastón Joya en el contrabajo y Rodney Barreto en el drums... Alexis Bosh buscará sus otros dos músicos que lo acompañen. Hermidas armará lo suyo con Ruly Herrrera en la batería y el guitarrista. Alejandro Falcón también puede hacerlo.
“Quiero hacerlo como un unplugged. Es una inquietud que tenía dormida hace tiempo. Cuando haces una creación para los jazzistas puedes violar las armonías, las estructuras; que con algo para pop, trova, rock se hace muy difícil hacerlo.
”La intención es grabarlo, hacer un disco. Es interesante porque quiero hacer un producto serio y eso no quiere decir que no tenga coqueteo con lo comercial o que los jazzistas vayan a hacer las búsquedas más atrevidas musicalmente, pero será transparente, y gustará.
”Hay otros proyectos de los que no quiero hablar mucho porque aún requieren confirmación. No es descabellado hablar, por ejemplo, de la grabación que Omara Portuondo y yo tenemos pensado hacer del tema que le dediqué a Eusebio Leal. Será cuando ella tenga un tiempo.
”Pero es que no me resulta agradable hablar de lo que aún no está bien coordinado y a veces los artistas abusan de eso. Creo en la honestidad de un artista, de su proyecto personal y de su propio yo”.
—Ser feliz es un estado mental?
—Sí, pienso que sí, por eso escribí esa canción. A veces hay situaciones muy difíciles, pero si tienes respuesta para ellas puedes intentarlo. Si lo decides puedes llegar a ser feliz, a tu manera.
“Hacer las cosas que te gustan te pueden acercar a la idea de ser feliz. Además de componer, de cantar y tocar; me gusta leer, ir al teatro, al cine, hacer deporte, jugar ajedrez y me encanta visitar lugares que puedan generar ideas. No lo creerás pero me puedes ver en un evento de fisioterapia, por ejemplo, en lugares que ni imaginas, porque son nichos de la vida que a partir de las relaciones que estableces te provocan inquietudes diferentes”.
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