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jueves, 31 de octubre de 2024

De “abierto” a “cerrado”

Rusia se da baja del Tratado de Cielos Abiertos abandonado por USA desde el pasado año...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 09/06/2021
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Cámara Baja-Parlamento Ruso
La Cámara Baja del Parlamento ruso aprobó la salida del país del Tratado de Cielos Abiertos. (Natalya Seliverstova)

Este mayo, y a pocos días de su primera reunión personal con un Joe Biden que intenta semejar un vigoroso púgil envalentonado, el presidente Vladímir Putin firmó la salida del Kremlin del pacto de Cielos Abiertos, vigente desde 1992.

El protocolo, del que forman parte varios Estados de la OTAN más Washington y Moscú, y adoptado en Helsinki, fue desde entonces un apoyo al fomento de la confianza entre sus integrantes en tanto les permitía realizar vuelos de reconocimiento militar sobre sus respectivos territorios a partir de cuotas concertadas, así como tomar gráficas y videos.

Fijaba además los parámetros de las naves áreas y equipos técnicos a utilizar, y facilitaba la verificación directa de los acuerdos sobre control de armas.

Los Cielos Abiertos sufrieron su primer golpe cuando en noviembre último el presidente Donald Trump decidió separar a los Estados Unidos del trato pretextando su caducidad práctica y presuntos malos manejos por el Kremlin, lo que fue desmentido de inmediato por las autoridades rusas.

Con toda paciencia y responsabilidad Moscú ha esperado más de medio año por una rectificación de Washington y solo encontró renovadas reticencias luego de la llegada de Biden a la Oficina Oval.

La salida oficial rusa, por tanto, era ya a estas alturas un paso impostergable y necesario, como lo indicó el cuerpo legislativo de la Federación.

Y, es que si bien Washington se alejó del Tratado, quedaron en él sus socios de la OTAN.

En consecuencia, el Pentágono y los servicios norteamericanos de inteligencia seguían al día, a través de sus aliados occidentales, los movimientos militares del gigante euroasiático, privado ahora de sobrevolar el espacio aéreo estadounidense y muchas de las instalaciones bélicas gringas en el exterior.

Una ilógica y nada igualitaria situación que no podía prolongarse al infinito en espera de los caprichos y antojos de la primera potencia capitalista, la única saboteadora del pacto.

De manera que, con toda razón, la cancillería rusa advirtió días antes que los Estados Unidos había cometido otro grave error político, asestando un severo golpe al sistema de seguridad internacional. “Les dimos una oportunidad y no la aprovecharon”, concluyó la fuente moscovita.

Porque si hablamos en puridad de agresión, desprecio y carencia de responsabilidad para con la estabilidad mundial y la paz, hay que recordar entonces que en los últimos tiempos los Estados Unidos llevó al límite e hizo peligrar seriamente la conservación del acuerdo estratégico nuclear START; se deshizo del tratado para el control de misiles de corto y medio alcance; dejó atrás el pacto de Cielos Abiertos ya citado; y se salió unilateralmente del convenio con Irán para el uso pacífico de la energía atómica por la nación persa.

Sin dudas, un expediente norteamericano nada edificante en materia de tomar en cuenta las reales aspiraciones universales en favor de rebajar tensiones, y centrar el esfuerzo global en el desarrollo económico y social y no en la guerra y el despojo ajeno.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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