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sábado, 16 de noviembre de 2024

La ONU, Katanga y la Guerra Fría

La República Democrática del Congo es uno de los países más ricos del mundo en minerales estratégicos, pero ello no le generó el avance requerido para desarrollarse integralmente y si una historia amarga...

Julio Marcelo Morejón Tartabull en Exclusivo 19/09/2019
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Paradoja congoleña
La paradoja congoleña: grandes riquezas y extrema pobreza.

Al menos en tres ocasiones la ONU le falló a África, con Ruanda, cuando fue incapaz de impedir el genocidio de 1994, y las otras con la actual República Democrática del Congo (RDC).

En 1961, la Misión de Naciones Unidas desplegada allí bajo el mando del entonces secretario general Dag  Hammarskjöld, no evitó el secuestro y asesinato del primer ministro Patricio Lumumba, uno de los más sobresalientes nacionalistas africanos de todos los tiempos, y tampoco pudo vencer a una fuerza mercenaria en Katanga.

Los análisis sobre los dos últimos sucesos mencionados vinculan el papel de los cascos azules con la dinámica de la Guerra Fría, en la cual las contradicciones Este-Oeste se expresaban claramente en la búsqueda de espacios de interés geopolíticos en África, donde se comenzaba a desmontar el aparato colonial.

Ante la perspectiva de que tras la descolonización necesaria, el continente girara hacia la izquierda en la búsqueda de aliados estratégicos incondicionales, Occidente no desechó la idea de usar los mecanismos internacionales para impedir cualquier movimiento sospechoso en el área que pretendía controlar.

Si bien no importaba sacrificar vidas como ocurrió con más de 300 personas durante el tiempo del sitio a Jadotville, cuando tropas irlandesas de ONU intentaron evitar la secesión katanguesa encabezada por Moisés Tshombé y apoyada por mercenarios pagados por firmas mineras que operaban en la provincia.

La historia de esa operación aún tiene muchas zonas oscuras como el hecho de que  los soldados pobremente equipados, resistieron los asaltos durante seis días, hasta que se vieron obligados a rendirse tras quedarse sin víveres ni proyectiles. Antes también  tuvieron problemas con el transporte de personal y equipos.

El 9 de septiembre de 1961, las fuerzas de la ONU comenzaron una ofensiva contra el llamado Estado de Katanga para acabar la sedición de Tshombé y recuperar ese territorio congoleño, pero poco después, los sublevados devolvieron el golpe y junto con mercenarios atacaron la base de los cascos azules en la localidad de Jadotville.

Unos 155 soldados irlandeses de una compañía recibieron la orden de resguardar  a la población de la milicia de Tshombé, tribus y mercenarios extranjeros leales a este, enfrentaron a una fuerza de entre 3 000 y 3500 rebeldes el 13 septiembre de 1961 y aunque aniquilaron a 300 enemigos e hirieron a 750 no resistieron más de seis días.

Aunque las contradicciones con Kinshasa respecto a la “independencia” de Katanga tenían sus orígenes en la década anterior –los años 50- el asunto de la separación se vinculaba con la disputa de quién se quedaba con una de las zonas más ricas  en minerales en el país africano que presumiblemente poseía la mayor variedad de estos.

La disputa con matiz político sobre la integración congoleña, defendida por Lumumba, frente al tribalismo pro-colonialista, de Tshombé, respaldado por trasnacionales y su instrumento, los perros de la guerra, creó un ambiente caótico en el cual la traición de Joseph Mobutu posibilitó el asesinato del líder nacionalista.

Patricio Lumumba debía estar bajo la protección de los soldados de la ONU, pero resultó víctima de un complot entre el presidente, Joseph Kasavubu, Joseph Mobutu (luego Mobutu Sese Seko), y Moisés Tshombé en los roles principales, aunque detrás de ellos estaban también los servicios de espionaje de Estados Unidos y Bélgica.

Investigaciones posteriores  revelaron que el apoyo de la Unión Miniére de Altos de Katanga (UMHK)  a la secesión de Katanga y aniquilar a Lumumba, se negoció con una transferencia de  1 250 millones de francos belgas (unos 35 millones de dólares) a la cuenta bancaria de Tshombé.

Un testimonio fílmico ofrece algunos detalles de la conjura, en esa grabación los belgas Gerar Soete, exjefe de la policía en Katanga, el diplomático Jacques Brassine y Louis Maellere, coronel (r) del servicio secreto, y el estadounidense Larry Devllin, encomendado por la CIA para matar a Lumumba confirman el interés asesino.

Como una intriga adicional se añade poco después del magnicidio del primer ministro congoleño, el secretario general de la ONU y responsable en tanto que jefe de la misión en Congo de los sucesos de Jadotville, Dag Hammarskjöld, perecía en un misterioso accidente de aviación.

Es notorio que Dag Hammarskjöld, murió cuando se dirigía a mediar en el conflicto de Katanga; el 12 de septiembre de 1961, fue su último intento de gestión diplomática, el avión que le trasladaba se estrelló y nadie sobrevivió.

La importancia de lo ocurrido en Jadotville, un desastre para la Misión de la ONU, se relaciona con el valor que Occidente le confería al territorio katangués, donde abunda el cobalto y el uranio necesarios en aquel tiempo para poder aventajar a la Unión Soviética en la carrera armamentista.

En la mina de Shinkolobwe, en el sudeste congoleño, estaban los yacimientos de uranio en esa región del Congo, de los cuales Washington se aprovechó, para luego de una pugna con sus aliados europeos para obtener el material con el cual fabricó las bombas que Harry Truman ordenó lanzar sobre Hiroshima y Nagasaki.

La UMHK, el emporio belga asociado con la firma británica Tanganyika Concessions Ltd, dio a Estados Unidos el uranio para sus artefactos nucleares. El 13 de septiembre de 1942 el jefe de la compañía Edgar Sengier, y el general estadounidense Kenneth Nichols concretaron la adquisición vinculada con el Proyecto Manhattan.

Shinkolobwe –oficialmente cerrada, pero donde operaban mineros clandestinos- se derrumbó en 2004, cuando causó la muerte de al menos una decena de trabajadores ilegales.

No obstante, se desconoce la cifra de congoleños que perecieron por contaminarse  mientras –sin protección alguna o eficiente-  extraían el producto de ese yacimiento considerado durante mucho tiempo la mina más rica del mundo en la producción de radio y uranio.


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Julio Marcelo Morejón Tartabull

Periodista que apuesta por otra imagen africana

Se han publicado 1 comentarios


Ray
 20/9/19 10:05

El artículo no dice que Tshombé fue derrotado, la sececion frustrada y que Nigeria mantuvo su interidad territorial.  La TV ha pasado por Espectador Crítico y otros espacios una excelente película sobre el tema en la que queda claro que los conflictos tribales tuvieron una gran influencia en el desencademaniento de los hechos y que las partes en conflicto también apostaron por la limpieza étnica.

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