El mundo es caótico, convulso. Y peor aún, la vida no tiene —nunca tuvo— sentido.
Es por eso que Terry Gilliam no se preocupa por darle demasiada coherencia o lógica al guión de El Teorema Cero (The Zero Theorem, Reino Unido, 2013), una película de ciencia ficción que mueve a pensar, entre otras cuestiones, en la enajenación de los individuos en la sociedad moderna.
Cuenta la historia de Qohen (Cristoph Waltz), un científico que recibe la orden del director de su empresa (Matt Damon) de realizar un cálculo matemático —llamado Teorema Cero— que intenta probar que la vida no tiene finalidad ni razón de ser. Esta tarea hace que Qohen se enfrente a sus peores temores y lo altera emocionalmente.
Gilliam desarrolla en la cinta una alegoría sobre el vacío de nuestra existencia, plasmándola en la alineación física e intelectual de Qohen, cuya vida personal se graba las 24 horas del día por cámaras de vigilancia instaladas en su casa.
Es una especie de El show de Truman pero, en esta ocasión, el personaje nunca cuestiona lo absurdo que le rodea. Solo sufre el vacío y se refugia entonces en la soledad de su casa. Pide que le den licencia del trabajo, alegando ante varios doctores que se está muriendo.
“Nos estamos muriendo desde que nacemos —responde su médico— la vida puede ser vista como un gran virus que sin objetivo concreto nos saca de la nada y, finalmente, nos devuelve a ella”.
El paquete en el que se envuelve esta reflexión es sumamente auténtico: en toda la filmografía de Gilliam (Brasil, 1985); Doce monos, 1995; o una más reciente, El secreto de los hermanos Grimm, 2005) se evidencia un distintivo sello visual. El Teorema Cero, al igual que sus antológicas predecesoras, acopla armónicamente la fantasía artesanal con los fotogramas saturados de bits y colores propios de la modernidad.
La estética es sobrecargada al extremo: vestidos y trajes futuristas, luces de colores y carteles por doquier, publicidades interactivas que persiguen a los peatones, bebidas extrañas, fiestas bizarras y, para destacar, ruido, mucho ruido. No en balde Qohen quiere pasarse todo el día encerrado en su casa: el exterior le es inhóspito.
Y no es el protagonista el único que desea esconderse, también el espectador siente deseos de escapar de la atmósfera totalmente invasiva del filme. Pero si resiste puede observar, detrás de tanto bullicio, una historia sencilla y a la vez dolorosa: un hombre solitario profundamente abatido por angustias existenciales, el terror a la muerte, el miedo a la vida sin significado. Este desasosiego no le pertenece solo a él, sino a toda la sociedad, que se dirige, consciente o inconscientemente hacia el abismo, hacia la nada, hacia el cero.
El tema puede resultar un poco angustiante. No obstante, El Teorema Cero, con una veta sorprendentemente optimista, presenta una vía de escape como alternativa a sus planteamientos: el logro de un espacio íntimo como una forma de autosatisfacción personal. O lo que es lo mismo: si no sabemos para qué estamos en el mundo ni conocemos tan siquiera por qué… Bueno, mejor irnos a un lugar cálido en la quietud de nuestra mente y allí, al resguardo de la sociedad que nos consume, encontrar un espacio de felicidad. Quizás —solo quizás— la vida tenga entonces… el sentido que queramos darle.
El Teorema Cero es, en definitiva, una película interesante, que —como la vida misma— a ratos desafía los límites de nuestra cordura. Una cinta absolutamente coherente con el espíritu de este director británico de origen norteamericano: tan excesiva, surrealista e inabarcable como todos sus filmes anteriores. Original y única.
Yo
4/12/14 12:07
muy buena reseña. la periodista domina la obra del autor. resulta interesante la venta que hace ella de la pe para enviar su comentlicula.
Sincero
2/12/14 22:15
Original y única, no se lo quito, pero no se enteinde nada.
xel
2/12/14 22:14
El resto del país tiene acceso a estas películas o solo nosotros los habaneros? Porque sería injusto que escribiéramos solo para nosotros.
Equipo de Cubahora
3/12/14 10:27
Estimado xel, estas películas son proyectadas a nivel nacional. Gracias por visitar Cubahora y dejar su comentario. Saludos cordiales.
gilbert
2/12/14 22:13
La ideoestetica de la película perpetúa a marcel Proust pero en una mirada muy sutil.
Jr
2/12/14 22:09
Si se parece al show de truman debe estar beuna
Eldani
2/12/14 21:58
Yo voy a hacer lo mismo que romualdo
Romualdo
2/12/14 13:34
No la he visto. Pero despues de leer esta reseña la busco esta noche y la veo.
Gracias
Sarmiento
2/12/14 12:32
El trailer no le hace justicia a la película
Noel
2/12/14 12:26
Qué tiene el género de ciencia ficción que siempre trata temas profundos? Recuerdan blade runner?
Aracelys
2/12/14 12:24
Lo que más me gusto es que dijeras que la vida desafia los limites de la cordura
Andrei
2/12/14 12:23
A mi me parecio una pelicula rara lo cual se agradece siempre en la ciencia ficcion
cosico
2/12/14 11:57
Lean esto para que enteindan la complejidad del tema
http://es.wikipedia.org/wiki/Teorema_de_los_ceros_de_Hilbert
ale
2/12/14 11:56
Lo que parece una pelicupa pesismita
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